sábado, 30 de octubre de 2010

158. COLEGIO DE ARQUITECTOS. OVIEDO.

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Tal y como está la arquitectura en estos tiempos, ser arquitecto es heróico. Especialmente si te apañan un Colegio de Arquitectos en un viejo palacete a base de pintarlo todo de blanco, ponerle ventanas de la vergüenza y cascarle encima una boina a lo Jean Nouvel. Sólo de pensar que tienes que mandar a los clientes a tramitar sus proyectos ahí se te tiene que poner la carne de gallina.

Y del entorno de bloques, rampas, farolón, arbolito y bolardos...,  mejor no hablar. Por allí creo que empezó la Reconquista ¿no?
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jueves, 21 de octubre de 2010

157. LA VIRGEN DEL PUERTO. SANTOÑA, Santander

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El pasado fin de semana estuve en Santoña, pueblo que llevo en la memoria y en el corazón tal y como conté en el post PATRONATO del blog EdifciosLHD. El motivo del viaje era celebrar el cincuentenario de la fundación de aquel colegio, pero tras los emotivos encuentros del mediodía y para relajarme, me fuí a dar un paseo hasta la playa de San Martín, situada un poco más allá de la gran explanada del Patronato. ¿Relajarme digo? ¡Oh no! en estos tiempos la única forma de relajarse debe de ser la de apagar la luz.

La pequeña playa de San Martín era el típico rincón o final de paseo donde hace muchos años se hizo la salvajada de extraer piedra abriendo el hueco de una cantera. En cualquier caso, el bocado en el monte tenía como complemento una minúscula lengua de playa a sus pies, creada, supongo, por el efecto de barra de la entrada de la bahía. Un abandonado edificio de baños y restaurante vapuleado por los temporales era su única construcción hasta que...  a alguien se le ocurrió que era el lugar ideal para hacer una gran promoción de apartamentos y..., como no podía ser de otro modo, el Ayuntamiento y el Urbanismo Regional Cántabro le darían su bendición. Empecemos por ubicarnos con la foto conmemorativa del día de mi visita: el Colegio a mi izquierda, la bahía a la derecha y allí al fondo...., estás tú. Y para allí que me fui ingenuo de mí.



En el paso por el "restaurado Fuerte de San Martín" ya recogí un estupendo muestrario de "ventanas de la vergüenza" de nuestra afamada arquitectura restauradora.


La evacuación de aguas, sin embargo, no se debe dar aún en las Jornadas de Rehabilitación y la fachada va volviendo a coger el viejo gris oscuro aunque a rayas.

Pasado el fuerte y ya en la cantera, se goza de la inigualable vista de la estupenda promoción de apartamentos con fachada tipo Higueras-Miró cerrada al paseo de la playa por un potente muro vegetal para proteger, claro está, la imaginable piscina interior, y que las gentes del edificio no se mezclen indebidamente con las del paseo.


Pero el Cascote de los Cascotes del paseo no eran las ventanas de la vergüenza del Fuerte de San Martín ni la promoción de apartamentos en abanico, con lo gordo que era éste, sino el remate final de una enorme virgen de hormigón con corona de encaje en hierro a la que se subía por unas aparatosas escaleras que hacían de cierre definitivo del paseo. La escala de la escultura se aprecia mejor en la foto de arriba, pero vale también la pena ver los detalles:


¡Virgen del Puerto! qué paseíto tan relajante que nos han dejado en Santoña los promotores, urbanistas, arquitectos y escultores de los últimos años. Como para volver a la fiesta lleno de energías. 

lunes, 11 de octubre de 2010

156. DOS PIRAMIDES EN AMSTERDAM


Las he encontrado en un blog de arquitectura por lo general muy moderado y sensato. Pero es que ante las pirámides no hay quien se resista. ¿Sabéis cómo ha titulado el post? Ni que leyese Cascotes todos los días. Vosotros mismos:

http://kalf.blogspot.com/2006/08/dios-nos-libre-de-los-arquitectos.html


martes, 5 de octubre de 2010

155. BANCOS DE ARQUITECTO

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¿Se acuerdan de la plaza de Anguciana? La tienen a nueve cascotes de distancia, en el 146. Vuelvo a ella porque cuando hice aquellas fotos, la plaza no estaba acabada y los arquitectos no habían puesto aún los bancos. En el mes de julio y presta ya a su inauguración, volví por allí y vi que todavía la podían empeorar. Por muy malo que sea un diseño urbano, un arquitecto siempre lo puede empeorar. Y amén de las farolas o las fuentes, los bancos parecen ser su pieza preferida. Otro día les pongo el de la calle Bretón de los Herreros en Logroño, que lo han hecho curvo, supongo que para recordar esa otra gran proeza arquitectónica de la Gran Vía, la de curvar la calzada. Pero el banco preferido de los arquitectos parece que es largo y haciendo diagonales.

El que han puesto delante de la casa de mis padres (foto de arriba) hace mucho juego con el despiece y pendientes del suelo, y crea un delicioso corralito para impedir que ningún coche se acerque a la fachada, no sea que la vayan a estropear. Desde la puerta de casa se ve así de bonito:



Dirán que es manía persecutoria, pero no. Miren al fondo de la foto, en lo que era el espacio de acceso a la iglesia, por donde iba la gente o salían las procesiones con cierto orden y sosiego. Pues como quien no quiere la cosa, allí había que poner otro banco en diagonal. Para entorpecer un poco, vaya. O para que se notase la mano del arquitecto.





Y este es el feliz encaje de la geometría del banco con los humildes soportales de la plaza:



Eso que ven ahí dentro es una fuentecita, objeto de culto y diseño también de los arquitectos urbanizadores. Hay otra también en el triangulito de delante de mi casa. En la foto de arriba no se ve tan clara.

En la plazoleta de la casa de la vieja panadería, justo debajo del castillo han puesto otro banco en diagonal jodiendo completamente el pequeño espacio, pero no le hice foto. Ya la haré otro día. Y como va de bancos y no de despieces del suelo ni de la iluminación de abajo arriba, no les cuento más pero... bueno, no puedo evitar ponerles cómo ha quedado el suelo en la entrada de la plaza desde la carretera. Una monada, una monada. Tanto que, mira, ahí no hace falta ni siquiera un banco para embellecer el lugar.


Me juego doble contra sencillo a que los del COAR le dan un premio de Arquitectura en la siguiente Bienal.