miércoles, 22 de septiembre de 2010

153. CARRERA DE SAN JERONIMO by SIZA VIERA. MADRID


Yo debía de ser la única voz en este país que decía que Siza Vieira era un melón (un melón verde, o un melón pasado, claro está, que a los melones buenos les tengo mucho aprecio), y cuando lo decía, todo el mundo me miraba con cara rara: "pero hombre, qué cosas dices, si es muy famoso, si le han dado un Priztker, si esto o lo otro...". Es lo que pasa con los mitos creados por los periódicos y los papanatas de la arquitectura, o con las "verdades" que se transmiten una y otra vez de oídas: que parece imposible desmontarlos.

Pero para ayudarme en la desmitificación o en la aclaración de la verdad de verdad, el propio Siza Viera ha acudido a echarme una mano haciéndonos en casa una de sus grandes genialidades arquitectónicas, una de esas obras que explican por sí solas la sabiduría que este Gran Arquitecto atesora sobre la arquitectura y la ciudad. Mi amigo Enrique me lo comentaba a comienzos del verano y me daba este enlace para que le echara un vistazo.

De vuelta de vacaciones y sin ganas apenas de dedicarme a los Cascotes, pasé por allí y sólo tuve fuerzas para hacer la foto que he puesto ahí arriba. La desolación del lugar, el hastío que me causan los enlosados extensivos de granito, el gasto brutal de dinero público que veo tras de ello, la pobreza de resolución de detalles, y hasta los errores infantiles en las inclinaciones de las rasantes, me quitan las ganas de escribir de arquitectura para siempre. Y es que si un desastre tan evidente no lo ven más que tres o cuatro iluminados a los que la gente enseguida les desprecia y les llama los protestones de siempre, ¿para qué insistir en esto de los Cascotes?

Bueno, hoy lo pongo por tratarse de una obra del Gran Arquitecto don Alvaro Siza Viera, pero sólo por eso,  y por mi aprecio a Enrique que me lo ha mandado.

Más fotos del lugar y propaganda de lo bien que ha quedado, en este otro enlace. (¿....para qué querrán tanta acera sus Señorías si no saben hacer otra cosa que subir y bajarse del coche oficial ?¿o se creía don Alvaro quizás que nuestros parlamentarios se pasean por la calle hablando entre sí sobre los asuntos de la nación y que los madrileños les iban a contemplar sentados desde ese "anfiteatro" al revés? Grande Siza, grande).