jueves, 5 de octubre de 2017

450. BREST



Como ustedes saben, este blog está cerrado y sólo atiende ya a la correspondencia de los lectores. O a las fotos de los viejos corresponsales, como estas que me envían de la Oficina de Turismo de Brest que sin duda podría abrir otro enjundioso capítulo de las Nuevas Tipologías Arquitectónicas Post-Pevsner. El verano pasado estuve en Guardo, Palencia, y tuve la oportunidad de entrar en una Oficina de Turismo que compartía uso y función con la de Brest:


De estar abierto este blog podría hacer una longaniza de arquitecturas con las que seguramente iban a llorar un rato. Pero mi corresponsal en Brest seguía la otra línea de investigación que practicábamos aquí, y con las siguientes fotos me aseguraba que lo de la Oficina de Turismo no era una pica en Bretaña sino que por el contrario, después de la destrucción y la reconstrucción en estilo Perret, en Brest ha tenido mucho éxito el  heavy metal:



Picado por la tentación me fui a Brest un rato y lo primero que hice fue caer encima del kiosko de la plaza Wilson. Cierto que llueve mucho en Brest y que con el viento de costado se nos podrían mojar los músicos de la banda, pero yo pensé que era un helipuerto. Un helipuerto con trampa porque luego me di cuenta de que no había escalerilla para bajar.


Cuando vi la Marie pensé que había caído en Sebastopol:


Pero no, no; no les voy a contar más cosas de Brest porque ya les digo que este blog está cerrado y también podríamos darnos de cabeza con esculturas de escaleras, (entre los amigos, "esculeras"), rodeadas de bolardos y tranvías.


Ah! tranvías. Sí tranvías. Ya sé que Cascotes está cerrado pero creo que me faltaba de "poner en valor" debidamente ese gran invento de los urbanistas urbanizadores franceses que consiste en diseñar calles inspiradas en las vías y estaciones de metro:


Las vi hace muchos años en Nantes, el pasado mes de febrero en Burdeos, y ahora también en Brest.
Calles que han renunciado a su complejidad circulatoria para abrazar un modelo único, si bien adaptable cuando hay que poner arte en medio:


El día que el coche de google hizo las fotos en Brest hacía un sol manchego. Eso distorsiona mucho la realidad. Tienen que verlo todo lloviendo.

O llorando. Mejor así. Lloren por la Arquitectura. Por el Urbanismo. Por la Urbanización. Por el Diseño.

 Y por el fin de Cascotes, claro. Ningún sitio tan apropiado como Brest donde llora el cielo más de doscientos días al año.