Estoy convencido de que muchas de las almas cándidas que aplauden con las orejas la decoración de medianeras con murales, no saben que esa aparición de mensajes y formas figurativas a gran escala entre los modestos y abstractos elementos arquitectónicos de la arquitectura rural, tiene mucho más de subrealismo que de arte. O que es arte subrealista, vaya; que como es sabido, no es sino un aviso sarcástico acerca del derrumbe general. San Vicente de la Sonsierra, La Rioja.
La habilidad técnica del pintor fascina al turista inculto, que ignora que el trampantojo puede tener algún sentido en espacios interiores cerrados pero que es pura deconstrucción al exterior. Y la deconstrucción, otro aviso del derrumbe. Préjano, La Rioja.
Ruina sobre ruinas. Graffitis en modernos edificios industriales abandonados de la Avda de Lobete, Logroño. Ahora que los graffitis han llegado a lo más alto (la Autonómica Sala de Arte de La Rioja les ha dedicado varios meses de okupación) quizás sea el momento más adecuado para decir que tras el subrealismo y la deconstrucción, los graffitis son la expresión más cabal y sórdida de los avisos para el derrumbe.
En la prensa lo llaman "embellecimiento de nuestros pueblos" y hasta ideas contra el vaciamiento. Enciso, La Rioja.
Esperen un poco, que en cuanto me dejen salir de casa voy a ir a Camprovín a hacerles un reportaje completo de la obra cumbre de este Arte.