En un viejo artículo de mi primer blog di a luz al palabro ticsturas para ponerlo luego como etiqueta de todos aquellos edificios que por no tener la entidad de coger una guguengitis se conformaron con una ticsturitis. El caso es que después de inventarla no le di apenas uso, con todo lo que han sangrado mis ojos desde entonces por ver cosas así. Este adifesio de Adelaida, capital de la Australia Meridional, es un centro de investigación médica que bien podía dedicarse a la curación de lesiones de la piel por erosión porque es todo él como un rayador de pan. Santo cielo, ¿qué tendría su arquitecto en la cabeza?
Venido al auxilio de la modernidad impoluta de la mano de los suizos Herzog y de Meuron, la ticsturitis se ha hecho endémica en el mundo musulmán, desde los confines indonesios hasta el magro Magreb con el que se hace frente a la mugre. En la foto, el aeropuerto de Fez.

