martes, 9 de marzo de 2010

133. FACULTAD DE MEDICINA. VALENCIA

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Alarmada por las obras en la puerta de mi casa, la corresponsal de Cascotes en Valencia me remitió hace unos días la fotografía que podemos ver arriba con la consiguiente advertencia: cuidado no os coloquen unas barandillas como las que han puesto en la reciente reforma/rehabilitación de la Facultad de Medicina de Valencia. Terrible ¿verdad?. Como a un Cristo dos pistolas.



Aún me adjuntaba otra foto más, en la que, gracias a la calidad de su cámara, se podía ver en el rincón de la entrada el viejo detalle de la firma de los arquitectos del edificio.



Pero hete aquí que hay tomate. Leemos bien a pesar de lo emborronado de la chapa: A. Fungairiño, arquitecto y A. Casares, arquitecto.

La Guía de Arquitectura de Valencia, editada en 1996 por su Excmo Ayuntamiento (y adquirible en librerías, no como la de Logroño, ah) dice que el proyecto del edificio fue de José Luis Oriol Urigüen, y que dirigieron la obra Alfonso Fungairiño Nebot y Luis Albert Ballesteros.

¿Por qué borrar de la tran traída y llevada Memoria Histórica (mejor Memez Histérica) el nombre de Oriol? Un vistazo a la wikipedia nos puede dar la clave: además de arquitecto, Oriol fue uno de esos empresarios vascos cuya vida y economía creció enroscada al régimen de Franco.

Pero con sorpresa incluida, porque la O del Talgo, ese tren orgullo técnico de este país, es la de su apellido: Tren Articulado Ligero Goicoechea (el ingeniero) y Oriol (el empresario). Vaya con la Memoria...

He aquí al prócer vasco:



Y aquí el otro edificio que menciona la wiki sobre su carrera de arquitecto: el actual Hotel AC Palacio del Retiro (con iluminación de película de terror).



Sobre el arquitecto A. Casares, probable arquitecto autor de la reforma, caiga la ignominia de nuestros Cascotes. Y que a poder ser, pillen debajo esas barandillas.

Completo la información con dos fotos de Google para que se vea el verdadero valor urbano del edificio que, obviamente, no radica en asuntos estilísticos (como apunta la mencionada y típica guía) sino en esa rotunda capacidad de hacer ciudad.