lunes, 26 de septiembre de 2011

198. FACULTAD DE LA COMUNICACION. Sevilla, España

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El rector de la Facultad de la Comunicación de Sevilla ha encargado un estudio con informe valorado del coste que podría suponer cambiar o retirar la anteojera derecha que les pusieron a todas las ventanas del edificio proyectado y construido en los tiempos del socialista Manuel Chaves.

Cierto que a los periodistas hay que ponerles anteojeras para que informen en el sentido que uno quiere, dijo el rector actual, pero nadie se explica ahora porqué durante tantos años no han podido ni mirar a la derecha desde el interior del edificio. Un informe previo a dicho estudio descarta que a ese lado de las ventanas hubiera algún monumento a Franco, iglesia o similar, que no se quisiera ver. Gracias al concurso de Google Street View, Cascotes ha podido saber también que, en efecto, allí no hay más que los restos del pabellón de la Expo de Nueva Zelanda, país nada sospechoso políticamente (más que nada por lo lejos que está), y un anodino cruce como el de todas las demás calles de la zona:



En el estudio de José Luis Gimeno, arquitecto del edificio, no contestan al teléfono desde hace semanas por lo que se supone que está cerrado por la crisis igual que el noventa por ciento de los estudios de arquitectura españoles. Un delineante en paro consultado por nuestro equipo de redacción informó que el autor no es sospechoso de tendencias políticas aunque sí de tendencias artísticas. Al parecer las ventanas estaban pensadas para ir de arriba abajo, y se ve que a un trozo se le ponía una orejera por la izquierda y a otro trozo uno por la derecha, como ha sido moda en estos años. Un recorte presupuestario ordenado por la Junta de Andalucía para atender a otros asuntos industriales redujo las ventanas de tamaño pero no los chapones laterales, con la mala suerte de que todos cayeron del lado derecho del trozo que quedó de ellas. Como los del PP son bastante cortos de entendederas y a los periodistas no les importa mirar siempre a la izquierda, dijo nuestro delineante informador que prefirió mantenerse en el anonimato, nadie había reparado en ello hasta el cambio político que ahora se pronostica en las encuestas.

Lo que no queremos de ningún modo es salir en Cascotes, dijo el rector de Comunicación. En cuanto vimos como venían las encuestas intentamos ponernos en contacto con el Colegio de Arquitectos y la Escuela de Arquitectura pero nadie nos atendía tampoco al teléfono. Deben andar todos por Libia esperando firmar nuevas hojas de encargo. Sevilla ha salido ya varias veces en Cascotes y eso está retrayendo mucho al turismo convencional por lo que hay que parar este escándalo cuanto antes. De momento hemos puesto unos bolardos azules en toda la acera, vea Vd., para que la gente mire hacia el suelo, no sea que se vaya a romper la crisma con ellos. Lo importante es evitar que alguien diga que todos los periodistas sevillanos formados en nuestra facultad durante los últimos años, nos han salido escorados a la izquierda.


Y si al equipo de redacción de Cascotes se le ocurriera alguna idea baratita para arreglar cuanto antes este enojoso asunto, le estaríamos muy agradecidos, concluyó el rector. Mire que si se enteran los del PP lo mismo nos cierran la Facultad y nos mandan a todos también a Libia.
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