Saliendo del centro de Munich hacia el sur en busca de la A-8, y nada más cruzar el Isar por el Ludwigsbrüke, te das de bruces con un espantajo de edificio de esos que los amigos de facebook llamarían satánico, pero que la sociedad en general parece haber admitido como normales en nuestra época.
Como pasé por delante suyo unas cuantas veces pero siempre en coche y con ganas de irme a descansar a las montañas del Tirol, no tuve oportunidad ni ganas de pararme a hacerle una foto o ver de qué iba. Me dijeron sin mucha convicción que podía tratarse de una Biblioteca, lo que encajaría perfectamente con las monstruosidades que los arquitectos han dedicado últimamente a los libros (v Cascotes 261).
Pero no. El Gasteig, que así se llama el engendro, es todo un Centro Cultural construido en 1985 que agrupa un montón de actividades, entre ellas también una biblioteca, pero el buque insignia que se esconde detrás de la gloriosa fachada que se ve al enfilar por la Rosenheimer Strasse (la de las dos fotos iniciales de este post), es el de una gran sala de conciertos sede de la Orquesta Filarmónica de Munich que... encima tiene mala acústica (leo en una web de por ahí que Leonard Bernstein aconsejó quemarlo).
Semejante descubrimiento me llevó a pensar que había yo cerrado este blog sin dedicar un post épico a las monstruosidades que los arquitectos han dedicado en las últimas décadas a la gran música, empezando por aquel silo tan cursi de Santander (v en Una Voz en un Lugar) y acabando por el que acaba de inaugurar Toyo Ito en Taiwan...
... sin olvidar las que hicieron los comunistas, como la cosa esta de Leipzig, ahhhhh,
el Calatrava de Tenerife, gluuuuup:
...lo de Bilbao, crssssssssh:
... o incluso esa cosa más fisna de Oslo, igualmente tortuosa y patética donde los seres humanos deambulan como hormiguitas perdidas en el hormigón. :
Pero como este blog está ya oficialmente cerrado y no voy a torturarme con más ejemplos que los aquí puestos o recordados, lo único que quisiera anotar una vez más es mi desconfianza hacia la "gran música", ese modo poético, el más poético de todos, que no sólo no hace mejores a los hombres sino que incluso sirve como pretexto para construir estos mamotretos. Cualquiera que haya leído algo del uso de la música clásica en los campos de concentración (v. p.e.esta referencia), o sepa de la catadura moral de quién se sienta a su lado en un concierto o una ópera, o haya "disfrutado" de las envidias, rencores, competencias y canalladas que se hacen unos músicos a otros en el interior de cualquier conservatorio u orquesta, entenderá que mi amor o afición a la gran música está velada siempre de recelo.
Es curioso que fuera gracias a este blog por lo que Luis Suñer me invitara a hacer una pequeña selección de piezas musicales para su programa Juego de Espejos de Radio Clásica. Podéis escuchar si queréis el podcast en este enlace. Buena parte de las piezas nos servirán de consuelo respecto los horrores humanos o arquitectónicos vinculados a la música, aunque una de las piezas, la que tenía más que ver con la alegría del sexo que con los dolores de la humanidad me la estropeó Luis con una mala versión y de ahí que si quieren sacar la cabeza de los cascotes y pillar un poco de alegría o esperanza tengan que irse al post de mi blog de variedades donde ponía la versión que yo había programado: SPYP 840.
Gran músico Bernstein.