Después de poner el post anterior con la ayuda de google earth sentí necesidad de expiar mis pecados de verdad y me organicé una peregrinación a la Ciudad de Valdeluz. No entiendo muy bien qué pecados comete aún la gente para seguir peregrinando a Roma o a Santiago de Compostela. La limpieza de las almas del siglo XXI sólo se conseguirá si encontramos los nuevos y verdaderos epicentros de salvación. Quizás ande yo descaminado, pero después de dar con el templo de Valdeluz (parado por la crisis, como no podía ser de otro modo), me he sentido mucho más aliviado.
Porque tal y como prometía la publicidad de la peregrinación, en el camino a Valdeluz encontré mucho más de lo que imaginaba.
Aunque el final del camino pudiera ser la iglesia inacabada (...por culpa de nuestros pecados) desde la que parecen querer lanzarnos al cielo cual cohete espacial, una peregrinación es un camino, por lo que de paso entré a ver la estación vacía del AVE.
Ningún templo más apropiado para el recogimiento. La marquesina parecía moverse como en la foto de google street view. Nunca la realidad virtual me había parecido tan real. Tuve tentaciones de caer arrodillado pero un pequeño cartel me lo impidió y pasé al interior.
No había un alma. Ni dios. Era tal y como me la había imaginado.
Es verdad que la Ciudad de Valdeluz, está aún por estrenar. Especialmente como lugar de peregrinación.
Pero atendiendo a la guía del post anterior hice un alto en el camino y a pesar de que casi todas las entradas estaban cerradas, conseguí entrar en la magna urbanización de Chiloeches (ver post anterior).
Vi allí algo que me causó maravilla. Chiloeches es un inmenso territorio de grandes avenidas vacías y solares aún más desolados, pero allí donde ha construido el hombre, las calles de entrada a las viviendas se hicieron tan pequeñas que los coches tienen que subirse a las aceras (aún más pequeñas):
No voy a contar todos los pormenores de mi peregrinación porque la expiación de los pecados es un asunto muy íntimo, pero antes de ir a Chiloeches urbanización hice un alto en Chiloeches pueblo a ver un poco de arquitectura doméstica de nuestros días y me traje un par de muestras.
En la anterior etapa, Santos de Hunosa, preferí recolectar arquitectura pública. En una pequeña plaza, uno al costado del otro, había este par de templos de la arquitectura y el diseño contemporáneos:
No contento con dos fotos les hice otro par pues mi admiración por sus estilos era superior a mi asombro.
En la etapa de Santorcaz recogí muestras de urbanización siglo XXI estilo Esperanza.
Con sus juegos infantiles incluidos. O anexos, como se quiera ver.
Aún podría seguir un buen rato contándoles otros detalles que vi en mi peregrinar por allí mismo en Santorcaz, pero mejor lo dejo ya con la foto de un chalet castillo que compite en el skyline con las desmochadas torres del viejo castillo del arzobispo de Toledo, y dios perdone nuestros pecados, amén.