Negocio a la vista. Trump ha decidido poner zancadillas al vino español para que se pegue una piña. Habida cuenta de lo malo que es el alcohol para la salud no es mala noticia (lo de que el vino iba a ir detrás del tabaco estaba cantao). Pero la coyuntura aún tiene un lado mejor: si no les podemos vender vino a los americanos, vendámosles las artísticas bodegas que hemos levantado durante el boom del vino. Y que se las lleven para allá, piedra a piedra, como en los tiempos en que les vendíamos ermitas románicas.
Empecemos por esta que ya se vende en Elciego, a cuatro pasos de la famosa Marqués de Riscal. No la hizo Gehry pero su autor es de reconocido prestigio.
Se la muestro en planta para que los visitantes del otro lado del Atlántico se hagan una idea a la hora de hacer ofertas. Incluye un hotel con forma de racimo. Eso de la derecha. La cosa circular con cuernos de la izquierda, pueden revendérsela a la NASA si quieren, que aquí no nos andamos con copyrights.
Si prefieren algo más clásico, les ofrezco esta otra de Autol. No está en venta y no lleva hotel incorporado, pero tiene escudo de nobleza, lo que siempre da mucho lustre en las orillas del Hudson.
Desconozco su autoría, pero eso no es importante. Cuando les vendimos las ermitas románicas tampoco preguntaron de quién eran.
El catálogo es muy amplio, pero no se apresuren que acabamos de abrir.