.
Me atrevería a decir que casi todo lo asiático está en el territorio de mi asombro y no en el del entendimiento. He leído en un relato reciente sobre la Anábasis de Jenofonte que cinco siglos antes de Cristo el pensamiento griego creó una cesura con las concepciones orientales del mundo que todavía lo divide en dos partes. Casi todo lo que está más allá del Mediterráneo o más acá de la costa de San Francisco, se me escapa. Tanto en el pensamiento como en la arquitectura.
Poco antes de que mi hija Teresa se fuera de viaje a Hong Kong este año me asomé al Google Earth a ver un poco a dónde iba y aparte de sus dos centros llenos de rascacielos más o menos conocidos me encontré con una periferia plagada de "estates", o lo que es lo mismo, gigantescas promociones inmobiliarias de apartamentos. Gracias a Panoramio y las recreaciones con Sketch up coleccioné estas imágenes.
¿Satánicas? ¿Simplemente orientales?
Recién llegó mi hija a Hong Kong y se instaló en un hotel del centro me envió esta otra foto de las vistas que tenía desde su habitación:
Me comentó que el cuidado y mantenimiento de las fachadas del centro de la ciudad debe de ser también algo ajeno a su cultura. Dos meses después de su viaje me hizo un pase de fotos que me dejó pasmado. Se necesitaría un libro para mostrarlas. Y un esfuerzo intelectual para el que no creo estar preparado. Lo pongo todo en Cascotes por aquello de que tienen cierto parecido con los de nuestra cultura, pero ya digo, se me escapan al entendimiento. Culpa de nuestros ancestros los griegos, supongo.