.
Siglos y siglos buscando una solución a ese fastidioso problema del diafragma descontrolado, centenares de científicos de todas las especialidades (biólogos, médicos, sociólogos, ingenieros, abogados, profesores de universidad, porteros de urbanización etc.) trabajando duramente para acabar con la risa tonta que produce en los demás ese hip tonto e imprevisible que nos viene sin venir a cuento, y al final han tenido que ser unos arquitectos jóvenes de viviendas de protección oficial salidos de la última hornada de arquitectos jóvenes formados aún en las viejas Escuelas de Arquitectura los que se llevasen el gato al agua. Otro éxito pues de la arquitectura contemporánea.
El prodigio se ha producido en el PAU de Carabanchel pero funciona incluso viendo su foto en ente blog. Ya no es necesario contener la respiración, beberse un vaso de agua todo seguido, recibir un susto de muerte o escuchar a los políticos en la campaña electoral para quitar el hipo de nuestros niños, aseguró a Cascotes Tudei una madre que vive justo enfrente de esta casa. Es suficiente con asomarlos a la ventana y que lo vean. Mano de santo, oiga. Se les queda un poco la boca abierta al principio, pero del hipo ni rastro. Un lector de este blog ubicado a cientos de kilómetros de esta casa declaró que desde que vio los edificios de Vallecascotes no ha vuelto a tener hipo, por lo que viendo este otro está seguro de que se producirán los mismos efectos. Ahora bien, en lo tocante a la propiedad intelectual del invento habría que andarse con cuidado.
Las propiedades terapéuticas del edificio “Carabanchel Sin Hipo” alcanzan el nivel de vacunación si vives en él. Es como si te hubieras caído en la marmita de la poción mágica, comenta una vieja lectora de Astérix. Cuando nos vinimos a vivir a esta casa no es que se nos quitara el hipo de pensar donde nos habíamos metido y qué dirían las amigas de nosotros, sino que ya ni siquiera nos venía. Estuvimos probando con guindillas, polvos de estornudo, bebidas gaseosas pasadas de fecha y otros trucos para producir el hipo pero ni por esas. Es como si estuviéramos inmunizados para siempre.
El Ministerio de Sanidad ya se ha puesto en contacto con los arquitectos que han diseñado esta casa de Carabanchel por si pudieran hacer edificios que quitaran las almorranas, el mal aliento o incluso que curaran el cáncer. Con la arquitectura se pueden hacer milagros, respondieron entusiasmados los arquitectos diseñadores de Caranbanchel Sin Hipo. Y ya saben Vds por Cascotes Tudei que los arquitectos jamás escatimamos esfuerzo cuando las instituciones depositan su confianza en nosotros.
El Consejo Superior de Colegios de Arquitectos ha recibido la noticia como una ráfaga de viento fresco en pleno julio. Con la crisis que está cayendo y lo mal que estaba nuestra profesión, la apertura de estas nuevas vías de trabajo va a significar la vuelta a los despachos de todos esos arquitectos que se habían pasado a la hostelería. El propio Consejo tiene prevista la creación de un laboratorio especial de pruebas sobre la base de la experiencia de los CATs de los Colegios provinciales.
No todo son malas noticias ¿ven?
(como su mismo nombre indica, la entrada 186 tenía que ir entre la 185 y la 187 pero al blogger le debió de entrar el hipo al verla y la ha lanzado hasta aquí arriba; ya lo siento)