Cada vez somos más los sufridos y resignados ciudadanos que nos dedicamos a retirar cascotes de la vía pública o vamos señalando a las autoridades su ubicación para que vayan allí con sus lanzallamas y camiones de la basura. Mientras tanto, sin embargo, los arquitectos no se enteran y siguen cascotizando el mundo. Y por si fuera poco, aparecen últimamente más artistas fotógrafos e iluminados varios dándoles ideas.
Ciento y pico posts atrás ya pusimos aquí unas imágenes de las fantasías arquitectónicas de Victor Einrich, y hoy toca hacerlo con las de este otro belga u holandés llamado Filip Dujardin.
No tiene cara de mal chico. Podría muy bien ser arquitecto o concejal de Ciudadanos, véanle:
pero detrás de esa mirada dizque atenta y posiblemente inteligente se cuecen las mismas memeces arquitectónicas que en las aulas de las Escuelas de Arquitectura
De acuerdo, él no hace daño a nadie. No construye. Sus fotos se exponen en galerías de arte y se publicitan en internet, perooooo, ¿estamos seguros de que no van a inspirar a las nuevas generaciones de arquitestotes?
No sé, me da que se nos va olvidando que cuando ya no sabemos si jugamos a ser Napoleón o nos creemos Napoleón, es el momento de que nos encierren. Y a todos: a los que las hacen, a los que las compran, a los que las usan para inspirarse, y a los que damos cuenta de todo ello.