En cuanto vi la portada del último ArquitecturaViva me dije: aquí hay cascotes.
Desde hace mucho tengo por cierto que la arquitectura de los artistas que promociona y vende Galiano es “arquitectura muerta”, arquitectura para el museo (revistas, historia) y no para la gente que tiene vida e iniciativa, no para la ciudad abierta al paso del tiempo y los cambios. Y por eso Galiano llama a su revista “Arquitectura Viva”, para engañar desde la primera palabra y que no nos demos cuenta de la trampa.
Pero en el último número que hay en los kioskos la portada es el colmo de la desfachatez y el engaño, porque la fachada que la ilustra no puede ser más muerta y el tema que se propone, el más sugerente y prometedor de vida: la “vivienda normal”.
Abres las páginas y esto es lo que te encuentras, todo viviendas “normales”. Fijaros si son normales que se parecen unas a otras muchísimo, porque eso es la normalidad ¿no?