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Pongo así el título de este post para no confundir a nadie y dejar bien claro que no es lo mismo "reducir a Cascotes" una casa urbana, digna y en perfecto uso, que hacer levantar en su lugar un Cascote a mayor gloria de su arquitecto.
Como no hay trabajo los sábados, voy yo y me mortifico: me compro el periódico local y veo que San Eduardo Gómez, el único jombre de esta ciudad que hace aprecio de mi Guía ¡y que encima tiene el valor de decirlo! (de ahí lo de San), da la noticia de la demolición de esta casa. Y la da (encima) con esta entradilla: "No deja de sorprender que se estén derribando las casas números 29 y 31 de Doctores Castroviejo que aparentaban buen aspecto".
¿Será que se ha acabado la crisis y no me he enterado? ¿o que lo de la IDENTIDAD LOGROÑESA va en serio?
Aquí la puerta, por si la venden. No era tan especial como la del Cascote 160 (del mismo arquitecto) pero es verdad que no tenía mala pinta.
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