álbum de edificios que hacen daño a la vista, a la razón, a la ciudad, o a todos juntos, y en especial a la arquitectura entendida como disciplina geométrica, racionalidad constructiva, orden, contextualización y urbanidad.
miércoles, 8 de mayo de 2013
242. ¿CASCOTES O SATAN?
Ayyy, estoy en un lío muy gordo, así que voy a escribir un poco a ver si empiezo a desliarme.
El caso es que hace un par de semanas estuve en Zaragoza, me hice una foto delante del Museo Pablo Serrano saludando satánicamente para mandársela al amigo Vicisitudes, y como no tenía su mail pues entré en el facebook con una cuenta vieja que me debí de hacer en su momento para probar el invento... y ayyyy, ayyyy, rápidamente me admitieron en el grupo de SATAN ES MI SEÑOR, me vi feliz rodeado de tanta buena gente, y además de la foto susodicha empecé a mandarles cosillas que tenía sueltas por mi carpeta de Cascotes esperando que les llegara su momento de salir en él, pues lo cierto es que es mucho más rápido y sencillo mandar fotos con un comentario jocoso de una línea que poner un post en este blog.
Desde que lo empecé en octubre del 2007 (ufff, cómo corre el tiempo), quise dejar claro que no iba a hacer en él ninguna sesuda reflexión sobre los profundos males que aquejan a la Arquitectura, sino que poco más que me iba a carcajear de algunas de las horrorosas producciones de ese "Arte" que me fuera encontrando al paso. En el 2009 y en el año pasado, este blog se ralentizó bastante, seguramente porque me debió de parecer que me repetía mucho o que lo poco que tenía que decir ya estaba más que dicho. Añadir más y más pruebas para demostrar una culpabilidad sobradamente demostrada, parece más un ejercicio de morbidez o de coleccionismo (esa cosa tan mórbida) que de inteligencia.
Aún con todo, ahí seguía yo con las cosas que me iban saliendo al encuentro sin buscarlas mucho, con lo que el blog volvería a tener más ese carácter originario de diario personal que de ordenada colección.
El primer día que entré en el grupo SATAN ES MI SEÑOR de FACEBOOK escribí una primera impresión, pero por miedo a alterar con ello la vida propia de este blog preferí ponerla en el SPYP. En los días siguientes exploré a fondo el archivo de fotos del grupo y... me copié al ordenador más de trescientas fotos!!! ¿Para qué? No sé. ¿Para ampliar mi ya extensa colección? ¿Para ordenarlas por grupos? ¿Para establecer nuevas categorías de catástrofes arquitectónicas?
Si este blog es más un cuaderno autobiográfico que un lugar donde poner algún cascote que otro para pensar aunque solo sea un poco sobre la triste condición de la arquitectura, lo lógico sería que me dedicara a poner aquí los más de trescientos desconocidos cascotes con los que me he topado en ese grupo de facebook. Pero para ser coherente con el encuentro (o encontronazo) tendría que ponerlos todos juntos, ahhh, tal y como me han llegado, ayyy, y eso no se lo deseo a nadie.
Desde hace tiempo tengo la certeza de que vivimos una época similar al de la maldición de la Torre de Babel pero que no son las lenguas del habla las que ahora ha confundido Dios, sino las del propio construir. El progreso tecnológico y la multiplicidad de materiales de que hoy disponen los arquitectos y diseñadores hace que cualquier cosa que realicen tenga un porcentaje altísimo de ser un objeto confuso e ininteligible. Si a eso añadimos la soberbia del artista, el porcentaje sube a tales niveles que es mejor enunciarlo al revés, es decir, que la probabilidad de encontrar algo sensato hecho por ellos o por sus tiende a cero.
Para conjurar aquella vieja maldición bíblica que aún perdura, el hombre progresado llegó a inventar un nuevo lenguaje común al que llamó ESPERANTO, pero por si acaso funcionaba, se ve que Dios contraatacó con el ESPERPENTO que infaliblemente salía de ese lenguaje de construir que con el mismo progreso se había desestructurado y confundido.
No menos castigo divino, pienso yo también, ha sido esa forma de comunicarse con inconexas frases cortas escritas en el invento de las redes sociales, de manera que ni generan pensamiento, ni acuerdo, ni amistad ni cualquier otro afecto humano medianamente reconocible. El vayven de los comentarios arriba y abajo según alguien suelte una nueva ocurrencia, añade aún mayor confusión al invento si cabe.
Llevo unos cuantos días poniendo fotos de mis carpetas en el mencionado grupo de facebook (justo las fotos que voy intercalando en ese texto) y seguramente lo seguiré haciendo porque es divertido y no tiene mayor trascendencia, pero mientras tanto me sigo preguntando qué hacer con este blog, que trascendencia tampoco tendrá pero que por lo menos ha sido para mí como un pequeño cuaderno de campo al que le he ido cogiendo cariño.
Para parar ya y retirarme a pensar si lo dejo morir o no, voy a poner la primera foto que, aparte de las de los saludos satánicos, envié al grupo de SATAN ES MI SEÑOR: la de una entrada de cementerio en Acero Corten tras un farolón barroco de por aquí cerca, por si fuera el lugar ideal donde hacer reposar los restos de este blog.