lunes, 19 de noviembre de 2007

21. MEMORIA TIPO (O CRITICA EJEMPLAR) PARA EDIFICIO CON PRETENSIONES


El corta y pega que nos han traído los ordenadores ha facilitado mucho la tarea de los arquitectos (y… de los críticos de arquitectura). Qué tiempos aquellos en que no parábamos de hacer fotocopias de los “Pliegos de condiciones”, de las “Memorias del Cálculo de Estructuras” o incluso de los “Presupuestos”. Con el corta y pega podemos también hacer así las Memorias de Presentación de los Proyectos, e incluso las críticas para algún periódico “especializado” tipo “elhAll” centenario.

El texto que ofrezco a continuación, extraído de la revista El Croquis, es un modelo para quien tenga entre manos un proyecto con pretensiones. Yo lo encontré con las fotos de un edificio en concreto, pero según lo iba leyendo me fui dando cuenta que valía para cualquier proyecto o edificio pensado para salir en las revistas (pongamos por caso, la Biblioteca de Lesseps que traía el otro día en el Cascotes o las Bodegas Darien que me persiguieron hasta Buenos Aires).

Leedlo con atención (si podéis) para aseguraros de que lo mismo vale para un roto que para un descosido (lo mismo para un zurcido que para una puntada de alta costura), es decir, que nadie lo va a leer ni tratar de entender.

Texto a copiar y pegar. No olvidarse de poner el nombre del edificio en cuestión al comienzo del texto y si es posible en algún otro punto del mismo:

El edificio (...) aparece como un objeto misterioso que provoca la curiosidad y el descubrimiento. El visitante se encuentra un edificio con un alto grado de complejidad y singularidad que, sin embargo, está gobernado por un sistema muy especifico. Situado en un lugar muy particular el proyecto remata, como una eficaz masa urbana la (póngase aquí calle o zona donde se ubica). Se mantiene la escala de los edificios de la zona, mientras que en la planta baja la solidez y el hermetismo del bloque se disuelven, permitiendo que este se haga poroso. El área frente a la calle se hace más amplia en el interior del edificio. Este complejo punto de intersección, donde el edificio queda conectado con el interior de la ciudad, es atravesado por múltiples direcciones de movimiento. El eje de los otros edificios importantes de la ciudad es atraído hacia el interior, fragmentado como la imagen de un caleidoscopio, y finalmente extendido en varias direcciones.

El proyecto se construye sobre la base de una lógica estructural y volumétrica fuera de lo habitual. En el edificio, las plantas no se aplican unas sobre otras: tampoco se trata del caso de un gran espacio rematado de lado a lado por una gran cubierta. Aquí, un gran volumen se apoya y estructura sobre unos conos con forma de embudo que entran y salen de la caja situada en su parte superior. El interior de la caja es accesible a través de algunos de estos embudos; otros se utilizan para iluminar el espacio interior, otros sirven para coger algunas de las funciones precisas. Al principio, la figura de los conos se formó a partir de las direcciones y de los ejes urbanos primarios que confluían en la zona, para después evolucionar y conformarse orgánicamente en consonancia con las funciones que se desarrollan en su interior. Uno de los conos deviene en la entrada principal; otro en la sala de conferencias; tres de ellos se funden para constituir un gran espacio de exposición situado bajo el nivel principal.

El resultado de todo ello es un paisaje volcánico extraño, pero al tiempo coherente. La ruta pública del puente conduce -como un agujero de carcoma- por el interior del edificio, propiciando una interacción entre el interior y el exterior que permite, al igual que en planta baja, una fusión entre ambos. La estrategia de la singularidad y la fusión continúa en la elección de materiales. El efecto estético del uso de materiales tersos, porosos y de amortiguación acústica, así como la utilización de superficies diferentes, debería ser el de la creación de un estimulante territorio virgen, de un mundo que todavía está por descubrir.

Una tersa alfombra de luz aparecerá bajo el edificio, al tiempo que la luz reflejada llega hasta su superficie interior y moldea los volúmenes trucados. Los visitantes serán atraídos hacia las zonas de acceso mediante una intensificación de la iluminación. Entre otros requerimientos técnicos de iluminación se incluye la creación de diferentes zonas basándose en la velocidad y escala del acceso al edificio, ya sea peatonal, por coche o por tren. La iluminación del centro se utiliza como una herramienta arquitectónica que le permite adaptarse a las distintas exposiciones y que estable un sistema de guías visuales a través del edificio.

Para alcanzar un alto grado de flexibilidad las áreas de instalaciones del edificio se combinarán formando una retícula en el nivel principal, que se convierte en el módulo de instalaciones. En este módulo se disponen las tomas eléctricas para la iluminación, la calefacción, el aire acondicionado, etc. Su oculto entramado queda integrado en el trazado de la planta y va ganando importancia con el paso del tiempo. Los futuros diseñadores de exposiciones podrán identificar el “oculto entramado” de la retícula de instalaciones cuando haya que cambiar de exposición. El techo queda simplificado, y la organización de las instalaciones permite tanto disponer de un amplio espacio abierto como el colocar tabiques temporales allí donde se necesiten. La electricidad podrá ser canalizada hasta el techo, tomando una retícula secundaria de instalaciones, siempre que sea necesario. La utilización de la oscuridad será una de las claves de la singular experiencia del centro. La luz y las sombras permiten la existencia de un sistema de guías visuales por otro lado el edificio gracias la creación de caminos de luz y puntos de atención. La luminosidad del interior debería ser atenuada para producir un contraste más dinámico con aquellas exposiciones que se desee destacar. Esto provoca momentos de asombro y descubrimiento. El visitante seguirá de manera intuitiva, esta ruta de puntos de atención iluminados.