Mi afición a fotografiar cascotes no es nueva. Estas cuatro fotos las hice en Fuenmayor hace unos veinte años. El problema es que como la arquitectura se deteriora tan rápidamente y el avance de los estilos disimulo, remordimiento, modernoantiguo, etc., es tan apabullante (global se dice), estos cascotes de hace veinte años casi me resultan entrañables. Igual es por haber visto mucho estas fotos durante estos años, pero esas simbiosis entre arcos de casas de pueblo del siglo XVI con las puertas más populares del s. XX, enmarcadas por bajantes destartaladas y aderezadas con tomas de electricidad e indicaciones numéricas varias, tienen ya para mí un encanto especial.
No sé cómo habrán evolucionado estas puertas. Si algún día voy a Fuenmayor las buscaré y les haré de nuevo unas fotos para comparar.