martes, 1 de febrero de 2011

165. BIBLIOTECA NACIONAL DE BUENOS AIRES. Argentina

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El par de fotos que vemos aquí, concretamente la Biblioteca de San Diego en California y la Biblioteca de Birgminham, tomadas de una de las estupendas aportaciones de los lectores al blog de Vicisitudes y Sordideces, me han recordado que tenía por ahí olvidado el triste recuerdo de mi visita a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, la que se creó en tiempos de Borges y que debió de contribuir no poco a que decidiera quedarse ciego.


Yo no había caído aún en la cuenta de que lo mejor de la arquitectura cascótida pudiera estar en el entorno de la lectura, concretamente CONTRA LA LECTURA, porque claro está, para entrar en uno de estos edificios a leer o a por un libro, hace falta armarse de valor.


Subir retorcidas escaleras, sortear lindas barandillas...


... o encontrar la entrada en la desolación del ventisquero del acceso.


Hombre, en kiosko del hall venden mapas y periódicos, lo que es un alivio:


Debo decir en honor de la verdad que lo peor no fue el exterior del edificio sino el caos interior de plantas y circulaciones (que no puedo contar con fotos), o  la escasez de fondos bibliográficos que descubrí allí. Di con un ordenador y fui introduciendo títulos de libros y autores y pensé que o habían perdido las letras o los libros habían huido. Como el director. Como los lectores, supongo (apenas había nadie en un septiembre fresquito y muy propio para pasar el día leyendo).

Heróica la lectura, los argentinos debieron de dedicarse a la cháchara. En Birgminham, al gamberrismo supongo, y en San Diego a la guerra. No es de extrañar pues que a tan eficaz colaboración arquitectónica con las letras lo llamaran "brutalismo".
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PS: Un amable lector me envía los enlaces a un par de WEBS que nos traen un primo hermano de esta hermosa y satánica serie. Y encima, dedicada a facultad de Arquitectura. Además, aquí cerca, en Eppaña misma. Loado sea el lector y tan güenos ueberos:

http://carabiru.blogspot.com/search/label/Escuela
http://www.edificando.es/noticias/general/196-etsa-a-coruna.html
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Enterado me he luego de que el autor de la cosa de Buenos Aires se llama Clorindo Testa. Linda firma.