domingo, 29 de abril de 2012

217. PUENTE DE LA ALCARRIA. GUADALAJARA. ESPAÑA



Iba yo tal que dormido en el autobús a la T4 con ganas de irme un poco de mi cascopaís, cuando al pasar cerca de Guadalajara se me ocurrió abrir el ojillo para ver qué tal día hacía y me encontré como que estaba en Logroño. Joderrrr, me desperté sobresaltado, ¡nos han robado el puente! ¿o será que me persigue cuando quiero huir? ¿o que en las tres horas que llevamos en esta lata no hemos hecho otra cosa que dar vueltas a mi ciudad? Puede que sea una pesadilla, pensé, pues cuando volví a mirar ya no estaba. Es lo bueno que tiene ir en autobús, que como corren tanto enseguida pierdes de vista la realidad.

Pero de vuelta de ver otros mundos abro mi guguelejo, le digo que me enfoque Guadalajara y ¡zas! en toda la boca. Ahín está, donde yo creía haberlo visto desde la autopista. Es decir, donde indica la flecha roja..


... y  rodeado de fotos de jrandes colaboradores de Panoramio y de la cascocultura fotografil en jeneral.


Fotos artitticas las más de ellas, que trato de evitar para tener una visión un poco más cruda de la realidad (que no todo va a ser dormir y viajar y que bastante he descansado ya en el autobús y viajando por ahí).


Jracias a estos benéficos colaboradores me percato de que el artitta que hizo el puente es de la misma escuela que el de Logroño, es decir, de la de mucho puente para tan poca agua. 


Cuando la gente fue descubriendo que los arquitectos éramos jente que sabíamos encontrar cualquier problema a una solución, empezaron a darles las obras a los ingenieros, que era gente educada en saber encontrar soluciones a los problemas. Y como a grandes problemas, grandes soluciones, y a la jente cuyo cerebro no ha crecido le gustan las cosas muy jrandes, hete aquí que se quedaban maravillados antes esos jrandes puentes que hacían los ingenieros cuando tenían que solucionar el salto de un río grande o incluso de una jran bahía, como la de San Francisco, pongamos.


El problema que tenían Logroño y Guadalajara es que ni el Iregua ni el Henares planteaban retos semejantes, pero y eso ¿qué más da? pensaron. No por no tener el problema vamos a dejar de tener la solución, y se ve que en alguna reunión de alta política decidieron contratar el mismo puente y... así nos sale a la mitad a cada uno, que dentro de poco vendrá la crisis y ya tenemos la coartada.


Y según parece que así lo hicieron. Nótese, sin embargo, que en el color de los tirantes (que tanto da que se los pongan, porque con tan poco tablero no se les van a caer los pantalones) no llegaron a un acuerdo y que en el de Guadalajara son rojos y en el de Logroño blancos, así que si os pasa lo del autobús, olvidaros del  cascopuente y pensad en el color, que así sabréis donde estáis.


Por ejemplo, este podría ser el Henares, porque las aguas son muy traidoras y no nos dicen nunca de qué río son, pero vemos los tirantes blancos y decimos: ¡ya estamos en Logroño!


Aún no han puesto el carril bici, como en Guadalajara, pero todo se andará. En Logroño van más adelantados, se ve, con la jardinería.

Para los que no sean de Logroño, y ya que tengo abierto el guguelejo, les voy a poner también uno de sus mapas para que vean que este tipo de Arte tiene tendencia a instalarse junto polígonos industriales y cerca  de las ventanas de los autobuses que van por la autopista. Es decir, para que nos enteremos los que vamos dormidos de lo que vale un peine.