martes, 22 de octubre de 2013

259. BURGOS



Fuíme yo a Burgos todo animado a escandalizarme un poco con el Museo de la Involución Humana de ese gran cascotecto que inauguró ente blog;  sí señores, el mismismo Navarro Baldeweg


Y como de Guggenheims ya estamos curados de espantos, visto pronto el dispendio de recursos humanos involucionados adentreme sin más tardanza en su plaza Mayor a restaurarme un poco..., cuando los chismes modernos y antiguos sobre pavimentos diagonales que la adornan ahora, no sólo no me restauraban sino que acrecentaban mi nivel de escándalo. 




Tanto ha debido de subir el nivel arquitectónico de la vieja capital castellana que les han tenido que poner bancos en batería para que la contemplen. 


Pero no se vayan a pensar usarcedes que acabaron ahí mis desdichas. Que no. Ocurrióseme entonces  asomarme a ver la vieja Catedral dedicada al Creador, pensando que las huestes del demonio no podrían con ella. Pero vaya que sí han podido. Con decirles que da la impresión de que le han cambiado de dueño y está decididamente dedicada al turisteo en vez de a la oración, ya se pueden hacer una idea del sacrilegio. 


Nada más salir de la calle Paloma por entre el gran claustro y el viejo caserío, descubrimos una asolada explanada dedicada a dos bancos con parterre para ver la catedral y un banco con un peregrino sentado de espaldas a la misma para que el turista pueda sentarse junto a él y hacerse la foto con ésta detrás, o incluso... aparcar discretamente su bici. 


Impresionado aún por semejante fealdad urbana y absolutamente confuso con mis recuerdos que para nada tenían grabada semejante impresión, he investigado un poco en internet sobre el devenir del sacrilegio urbanístico de ofrecer como espectáculo los restos meridionales de la grandiosa catedral. 


Google earth ya nos muestra que todo espacio público es perfectamente empeorable, pues con la última y muy reciente reforma (que el street view es de hace cuatro días) hemos perdido hasta el ridículo parterre y sus farolones para que los coches dieran vueltas. Quitados los coches, ¿para qué los queremos? han debido de pensar. (Nótese que el banco del peregrino ya estaba ahí).

Lo que no ha cambiado es la manumentalidad y desasosegante limpieza del entorno de la puerta Sacramental devenida (como no podía ser de otro modo) en Sarmental. Es todo tan feo, áspero y monócromático que aquí tiene que haber gato encerrado.


Y vaya que lo hay. Aquí estaba el viejo palacio episcopal, y aunque no soy tan viejo como para haberlo conocido, quedan las fotos del entorno y de las variaciones de la embocadura a dicha puerta. Primero en diagonal, luego desde una gran reja, y finalmente, tan descarnada como la vemos ahora.




Menuda involución humana. Como para dedicarle un Guggenheim, sí señor.

Pero la cosa no se acaba ahí, ay, que hay más. Mucho más. La triste plaza de la fuentecica bajo las torres no ha empeorado porque cualquiera mete la mano ahí. Yo no la recuerdo mucho porque lo que siempre nos atrajo de este lado de la catedral era la escalinata hacia San Nicolás que sigue más o menos tal cual. Pero como arriba de la escalinata a la izquierda había otra pequeña plazoleta de similares características que la de abajo, ahí sí que se han atrevido a experimentar poniendo bancos en diagonal y césped a cuadraditos, esta vez para la espalda en vez de para los pies. (Siento no haber hecho fotos y tener que documentarlo con una foto del street view y la vista aérea de la última foto de google earth)



Con tanta evolución de la humanidad se me había acabado la batería de la cámara cuando más me hacía falta, y tuve que recurrir al auxilio del móvil de mi escudero. Pero es que de ningún modo nos podíamos perder lo que nos quedaba por delante. ¡Otra plazoleta en el lado norte! y esta sí, lo suficientemente desconocida como para poder crear una obra artística de nuestro tiempo. Cosa tan mona.



No nos sentemos aún en sus bancos que tenemos que ver la Portada de la Coronería, adornada ahora con una bonita barandilla de acero inoxidable.


Y es que, ¿para que vamos a tener abierta esa puerta si en la escalera de dentro está siempre esa catenaria para no dejar subir?


Pues así está bien. Como también queda bien tener cerrada la Puerta de la Pellejería y usar su espacio anterior para almacén de materiales de restauración. Foto siguiente:


Y es que para controlar las entradas de turistas es mucho mejor tener abierta una sola puerta (no vas a comparar) y continuar con la política de placitas con bancos en batería para no dejar de mirar la catedral, como esta otra que encontramos un poco más adelante, llena de bonitos detalles de moderno diseño y con rampa para minusválidos. Allá van dos fotos:




Les perdono una foto de detalle que le hicimos al albergue de peregrinos que puede entreverse allí al fondo de la calle a cambio de la confesión de que no tuvimos resuello para subir hacia la izquierda a ver el Centro de Arte Contemporáneo de la Caja de de Ahorros de Burgos. Pero como imágenes nos da internet, allá van otras dos para que no se me vengan ustedes abajo.



Al paso por el Huerto del Rey hicimos una foto en homenaje al último árbol que le queda. Se ve que como estamos ya en el siglo de las Luces (cosa de la involución) se llevan más las farolas. 




Y al paso por la "intervención en la Casa del Cordón" pensamos que también podría entrar aquí una de las puertas laterales...,


 o la decoración de sus modernos basureros empotrados (la puerta aquella de hormigón que se ve al fondo también tiene su miga pero ya nos vale).


Y es que con tanta obra de arte expuesta, si quiere uno ver la INVOLUCION HUMANA no hace falta que saque entrada en el MUSEO CASCOTE DE BALDEWEG. Con darse una vuelta por el centro de Burgos tiene para dar y tomar. A menos que prefiera, como la propia ciudad, dedicarse a la gastronomía.


Y qué aproveche.... (mmm, por cierto, que bien queda el encuentro del suelo de la plaza con los soportales del Ayuntamiento).



martes, 15 de octubre de 2013

258. WANG SHU, EL CASCORTZKERTO



Este tío es un iluminado. No hay más que mirarle de frente para darse cuenta de que lleva a dios dentro. Acogona un wevo. Y más, sabiendo que es el arkiteto eleguido por Pritzker para suceder en el trono a MAURO DE SOTA.

Sólo su obra es inferior a su mirada.


Más me acogona pensar que en realidad Wang Shú soy yo, yo mismo, mismo yo, Juan chu, como me llamaban los bilbaínos cuando era pequeño.


Desde siempre supe que mi destino era la sotana, o cuando menos, el Pritzker. Pero algo se debió de cruzar en mi camino.


Lo sé, fue Moneo en la Escuela de Arquitectura de Barcelona que nos dijo que estudiáramos más Palladio y menos Gaudí. 


Hábil maniobra de distracción para que el Prizker se lo dieran a él y no al predestinado Juan Chu. 


Fue entonces cuando empecé a descreer de la Revolución Cultural y a comprarme las revistas de Luis Fernández-Galiano, llenas de fotos que me ponía directamente en vena a ver si volvía a coger la onda. 


Ni la onda ni la escalera. No cogía nada y cada vez me alejaba más de la buena senda.


Todo era desorden a mi alrededor, todo confusión en mi cabeza. 


Hasta que un día decidí bajar en diagonal las escaleras del infierno.


Fue entonces cuando descubrí mi ferdadero nombre, WANG SHU, el elegido, y recibí el tan deseado premio.


Me puse el alzacuellos para colgarme de la medalla y relajé mi mirada. Podéis ir en paz. Amén. 

(todas las fotos, cortesía del mismísimo diablo internet)


miércoles, 9 de octubre de 2013

257. CASA COREA. PASEO CASTELLANA. MADRID



Me envía un lector amigo las fotos de un nuevo Cascote en Madrid y le hago hueco rápidamente, porque los Cascotes de los amigos lectores tendrán siempre preferencia aquí sobre mis ya perezosos pensamientos acerca del hundimiento de la arquitectura contemporánea.



Me informa convenientemente de que la cosa esta convulsa como las olas de un mar vertical que algún arquitecto iluminado ha creado al final de la Castellana bajo algún influjo de tipo finlandés no sólo es un Cascote en sí mismo sino que se levanta sobre los cascotes de una gran manzana de aquella última arquitectura residencial que aún se podía llamar arquitectura. Una gran operación de vivienda destinada a los americanos de la base de Torrejón de Ardoz que como por entonces estaban en guerra con Corea, los madrileños, siempre tan ingeniosos poniendo motes, la bautizaron como Barrio Corea.



No es que aquella arquitectura fuera para echar cohetes, pero lo que es inapelable es que servía para crear ciudad (con dos pruebas visuales está más que demostrado). Justo todo lo contrario que estas olas del cristal mar que por las risas y corbatas de sus promotores y por la felicidad del alcalde, parece que sirve para otras cosas bien distintas.


Dicen que el barrio de Corea estaba muy mal por culpa de la aluminosis. De haber estado en Carabanchel y de ser verdad, ya te digo que con cuatro puntales hubiera durado cincuenta años más. Pero la enfermedad me da que es otra. Y que no ataca a las viguetas sino a los cerebros de estas cosas y a la ciudad en general.




jueves, 3 de octubre de 2013

256. AVE ILERDA



Ave Ilerda. Las legiones de Cascotes te saludan y... exclaman al llegar: vaya estación de Ave que os havéis echado. Parece como una autopista de tres carriles a medio hacer. De acuerdo que al del sketch up no le ha quedado muy brillante el dibujo por este lado (más parece una autopista japonesa después de un terremoto) pero no hay fotos en Panoramio que aclaren cómo queda la salida hacia Barcelona. Ya iremos buscando. Para el otro lado sí que hay una foto aunque de costado.


En esta que vemos a continuación parece como que la gran autopista se corta bruscamente para dar paso a una pasarela peatonal, y ya de paso por la pasarela, vemos también como la autopista pasa rozando las ventanas del magno edificio novecentista como en las grandes capitales. 


Veámoslo todo en perspectiva para salir de la confusión:


El empalme de los tres carriles ondulantes con los carriles llanos que quedan a la izquierda va a precisar de una cirugía de mucho nivel, pero ingenieros vendrán que lo arreglarán, y si no, arquitectos.

Lo que queda muy aprovechadica es la parte de abajo del primer tramo de la autopista, lo que no suele ser muy frecuente en la mayoría de las autopistas. Aquí le han puesto muchas escaleras y rampas, o autopistas para piatones. Véase el ingenio:


Pero lo más conseguido de todo es el bajocubierta de los otros carriles porque por ahí han metido los trenes bien llamados Ave. Y es que al llegar a Lérida en vez de parar, parecen invitados a echar a volar -cual aviones. 


Santo cielo, qué altitud. Muy útil también en el caso de que volvamos a los trenes de vapor, supuesto que también justifica que se haya respetado el viejo y refitolero edificio de la vieja estación, aunque bastante deslavazado como suele ser habitual. Se ve que las carpinterías o la marquesina no son cosan de restauración.



Ni las farolas, ay. Ay, ay, mira soldado, vallas, eso nos gusta. Siempre nos gusta a los Cascoteros que los ayuntamientos pongan vallas por todos los lados. Aunque sean temporales, pero vallas, vaya. Aquí de dos tipos, amarillas y bajas por un lado, grises y altas por el otro.

Bueno, pero a lo que veníamos a Ilerda, que no era a ver la estación del AVE sino la Llotja que les han hecho unos holandeses de Delft llamados Mecanoo. Cosa bonita y útil para resguardar los coches de bomberos en caso de lluvia. (aunque la foto no sea muy clara, nótese a la izquierda que el Excmo Ayuntamiento también ha puesto vallas de las suyas para diferenciar las plazas de aparcamiento cubierto).



O para que los aficionados de Panoramio hagan ejercicios de composición fotográfica, ahora con mejor definición.



Porque el Ave no para mucho en la estación que si no, los viajeros podían bajar a hacer unas fotos, ya que está a un paso lo uno de lo otro.  Y el mediterráneo también, pues aunque a la estación le hayan puesto por sobrenombre Pirineus, ya vienen palmeras.

(Gracias una vez más a los colaboradores de Panoramio y sketch up sin cuya ayuda las legiones cascoteras no podrían dar ni un paso por el mundo sin perderse).