domingo, 29 de marzo de 2015

315 ECHALÉ EL CHALÉ




Busco la etimología de "chalet", ese palabro admitido ya por nuestro Real Académico Diccionario y obtengo un pésimo resultado (que si viene de las construcciones rurales suizas, que lo divulgó Rousseau, etc) así que, como es costumbre en esta casa, nos ponemos a pensar y encontramos una etimología mucho más sensata y razonada: chalet es un apócope de chatelet, que como cualquier ignorante del francés sabe, significa castillo, o castillete. Miren si estamos acertados en esta nueva etimología que sin ir más lejos los catalanes, gentes con un pié en España y otro en Francia, llaman "torres" a los "chalets", con lo que damos por zanjada la demostración.




Es decir, que un chalet es como un castillo (bienvenidos al castillo de mi casa, que dicen los felpudos de IKEA) y como es un castillo, pues hago lo que me da la gana, pero sobre todo, abrir un foso entre la calle y mi castillo cerrándolo con una valla, esto es, marcando unas distancias con la plebe.


Dicha forma de construir casas viene dando resultados de lo más variado y divertido en las zonas así llamadas del extrarradio y baja densidad, pero lo que resulta más sorprendente es encontrarlos en mitad de las calles más urbanas de los pueblos como si las alineaciones y el modo tradicional de construir no fueran con ellos.



Fue en el hermoso "conjunto monumental" de Briones, La Rioja, donde hace muchos años descubrí una casa (un chalet...) construido en los años cincuenta o sesenta en la mitad de un tramo de calle de casas solariegas y populares y aunque creo que le hice alguna foto, no logro dar con ella. El caso es que no hace mucho volví a Briones y me encontré que habían tirado aquel chalet de los años cincuenta y pensé que en su lugar volvería a levantarse una casa entre medianeras. Pero no. En mi última visita a Briones he podido comprobar que la tipología chalet se ha convertido ya en "histórica" y que a chalet muerto, chalet puesto.



Muy importante para que un chalet participe de la idea de chatelet es que tenga algo de piedra, balaustres y ventanas con parteluz:



Aunque lo verdaderamente decisivo es el radical rechazo a la urbanidad de la alineación y el decisivo afianzamiento de la individualidad.




Me gustaría hacer una colección algo más nutrida que estos primeros seis ejemplos que les muestro aquí, por lo que si se animan a enviarme alguno que conozcan les quedaré muy agradecido y lo pondré también.

(los chalets que abren esta impactante colección de tipologías "echalé el chalé" están en Alfajarín, Tricio, Badarán, Briones, Murillo de río Leza y Cárdenas).

domingo, 22 de marzo de 2015

314. ARQUITECTADA EN EL FUERTE GOIAN TOMIÑO, DESEMBOCADURA DEL RIO MIÑO. PONTEVEDRA



Aunque los gorilas que gobiernan/administran la página feisbuc de SEMS me hayan bloqueado el acceso a la misma, nada más fácil que colarse en el infierno para ver lo que las gentes de buen corazón y dos dedos de frente llevan a las hogueras del demonio. Puestos a intentar poner orden en tan infecta página, el malagueño que hace de San Pedro del revés abronca todos los días a la buena gente exigiendo que pongan en la cabecera de sus post el lugar donde obtienen sus ofrendas al Maligno, y gracias a eso salía yo de vez en cuando a hacer turismo cascótido por la ancha geografía española del demonio llenando de zarrias mi ordenador.


No recuerdo bien cuando fue (ni tengo intención de mirar en tan infernales archivos) que la bienaventurada Alicia Solano dio noticia del abandono de las obras de la típica artistada de un arquitecto and sendo despilfarro de un Concello en las dulces orillas del Miño, justamente al lado y en competencia con las ruinas de un viejo fuerte que hacía más romántico si cabe el lugar. Y así es como viajé (digitalmente) hasta aquel perdido rincón (nunca mejor dicho lo de perdido)


La arquitectada (arquitectodefecación creo que las llaman en el jlosario de SEMS) no es producto de un gran atracón, pero el nauseabundo olor a arquitecto ha dejado toda esta orilla infecta por mucho tiempo.






No sé de quién son las fotos; si las tomé de las que puso la propia Alicia Solano o si las fui cogiendo del Panoramio de alguien que pretendía con ellas mostrar lo bonita que es la arquitectura moderna y lo responsables que son nuestros gobernantes en sacarnos los impuestos para hacer estas chorradas. Tanto da. En cuanto google me avise de apropiación indebida de producto intelectual, voy y las quito, con la pena, claro está, de que no sea tan fácil desmontar el chirlo arquitectónico que ha motivado mi apropiación indebida.

Antes

Después

No sé si será pecado robar en el infierno, pero cagarla al lado de la desembocadura del Miño desde luego que es mérito como para ir a él. 

Más información sobre este tipo de excrementos en la entrada PIJOPARQUES del viejo LHD.

domingo, 15 de marzo de 2015

313. MUSEO SAN TELMO. SAN SEBASTIAN



Mira que es bonita San Sebastián, o lo era, y es que llamarla "don hostia" por aquello de vasquizarla ya tiene delito. No contentos con eso hay que ver lo empeñados que están los políticos donostiarras en contratar arquitectos con nombrecito y ego para que la acribillen como al santo. El Museo de San Telmo, por ejemplo, era un rincón perdido, húmedo y más o menos acogedor...


...pero como eso es bonito, algún atúnostia pensó que había que joderlo y la emprendieron con el chorro de arena, fuera tejado y quema de carpintería, ese vicio que aquí llamamos VENTANAS DE LA VERGÜENZA (lo pongo en mayúsculas a ver si los arquitectos se enteran de una p--- vez)


Qué horror, qué horror. ¿Y para esto hace falta tener estudios y salir en las revistas de Galiano?

No me gusta apuntar a los artistas y menos cuando me dicen que los dos miembros de la parejita de moda que perpretó este entuerto andan mal de salud. Nieto y Sobejano. Que dios les acondicione un sitio en el paraíso junto una ventana de esas y no la puedan abrir nunca.


Pero como San Sebastián es bonita de veras y un mal es poca cosa para lo que puede aguantar, aún le tiraron dos..., tres, o cuacho flechas más, que lo de las ventanas de la vergüenza y el chorrillo de arena les supo a poco.


A juego (o en contraste) con tanta cristalera del edificio principal y el correspondiente paramal de plaza se les ocurrió meter una ampliación del museo en estilo muro de hormigón pero con coqueras de diseño (lo que los satánicos llaman estilo boboesponjista) y como vieron que era bueno, le pusieron la terraza de un bar con sillas de plástico blanco para que articulara las tres (o cuacho) piezas, contando también con esa escalera cerrada de las que se hacen para no poder huir de allí.


Esto de proyectar escaleras imposibles para que los ayuntamientos las cierren enseguida es un vicio extendidísimo en la arquitectura moderna que merecería todo un álbum. Sólo con las del palacio de las ciencias de Calatrava en Valencia ya tendríamos veinte páginas a todo color (o en blanco y azul, qué digo yo).


Del interior de la ampliación del museo qué les voy a contar. Que muy bonito. Como San Sebastián... (pienso si todos esos agujeros en el hormigón no evocarán las flechas con que lo asaetaron al pobre/ que estos arquitectos modernos son muy sugerentes)


Esa de la foto es una señora de la limpieza, aunque bien podría ser una estatua conceptual. Y es que cuando diseñas una sala así has de andar con cuidado que no se te caiga un pañuelo con mocos al suelo porque puede que el que venga detrás lo vea y grite ¡arteeeeee!

San Sebastián, tú resiste, valiente: a las flechas, a las ostias, a la arquitectura moenna.


domingo, 8 de marzo de 2015

312. SESEÑA. TOLEDO



A diferencia del resto de PAUs de la burbuja inmobiliaria, en Seseña no hay lucimiento de los arquitectos artistas. Todo es plomizo, o ladrilláceo. Y repetitivo.









Las fotos no dan buena cuenta de la desolación que se siente al recorrer desde el coche (ya no digamos si se hace pie) el gran boulevard en L que vertebra su configuración.




Una desolación que empieza aún antes de llegar al polígono en cuestión cuando no se conoce la zona y te pierdes entre las carreteras que van de Seseña a Seseña Nuevo sin dar con el acceso a la famosa urbanización de Paco el Pocero.


Imagino que la mayor parte de la gente tuvo su primera visión del famoso polígono de Seseña al circunvalarlo por la R-4.


Pero cuando después de perderte entre Seseña y Seseña Nuevo, intentas acceder a él desde la A-4 te ves obligado a pasar por una zona industrial de lo más sórdida, con unas playas enormes de aparcamientos para vehículos.


Ante semejante paisaje casi es un alivio encontrarte con el monumento de la primera rotonda que anuncia que ya has llegado:


La urbanización es tan simple como puede verse en la foto de google earth:


En el bisel de la gran L se ubica el parque dedicado a María Audena, la señora del Pocero, al que se accede por esta augusta entrada:


La rotonda que cierra la urbanización contiene una escultura alusiva (supongo) a los matrimonios que hipotecaron sus vidas por comprar un piso aquí:


El resto de las rotondas no llegaron a decorarse más que con palmeras (árbol no muy manchego que digamos), abetos y cipreses, componiendo con las farolas y los postes de electricidad bosques muy singulares.


Las calles transversales al gran boulevard tienen dimensiones más razonables pero la monotonía de los bloques y las perspectivas al infinito vuelven a desorientar al visitante.


Volviendo a la foto aérea, un gran mancha negra situada al otro lado de la R-4 llama la atención de cualquier observador:


Gracias a una foto de Panoramio pudimos saber que se trataba de un gigantesco vertedero de neumáticos que quiera dios que no le caiga un rayo y arda todo algún día.


A la vista de la urbanización es evidente que no está construida ni la mitad de la superficie edificable, y habida cuenta del fin de la burbuja inmobiliaria, es de suponer que todo se quedará tal y como lo vemos durante años y años, e incluso décadas y décadas.

Una intervención de esta magnitud no puede ser solamente el resultado de la locura de un promotor. Es también la prueba más palpable de la ruina social de todo un saber sobre la ciudad. Si Seseña no sirve en los próximos años como antimodelo urbano en las clases de urbanística de las Escuelas de Arquitectura de este país, lo mejor es que las cierren.

Quede al menos para la memoria como un enorme y manumental Cascote.

domingo, 1 de marzo de 2015

311. CA CHICHARRO



Antes de que cierre este blog tengo que evacuar cuando menos todos aquellos chicharros que fotografié en un tiempo en que hacía turismo de Cascotes. Menuda afición que me busqué. Cada vez que iba a Madrid daba en darme paseos por esos barrios de dios donde los arquitectos de viviendas con contactos en las altas instancias (si no de qué tan grandes encargos...) buscaban la gloria a través de un hueco en la revista de Luis Fernández Galiano (recuérdese aquel glorioso Cascote titulado "vivienda normal").  Bueno, pues como ya habrán adivinado ustedes, eso de llamarlos chicharros vino de que después de visitar vallecascotes se me ocurrió ir a San Chinarro y además de pescar ese bloque con agujero para los aviones que tanto celebramos en la Arquitectura 11S me traje en la cesta otras piezas no menos gloriosas y contundentes como esa de ahí arriba que seguro que la hicieron para asustar a los niños.


Aunque también cabe que la hicieran para asustar a los aviones y dirigirlos hacia el agujero del edificio 11S que se ve a su derecha.


Y ya que hablamos de agujeros, aquí tenemos otro invento arquitectónico en la misma zona, el bloque gruyere, pensado, no tanto para el paso de aviones ni avionetas (pues le pusieron tropiezos por en medio), sino para una mejor ventilación de las viviendas.


En esta primera fase a los arquitectos no les dejaron colocar ventanas en el suelo por las que hubiera corrido el aire mucho mejor que por las tradicionales de las paredes, pero en la azotea ya se hicieron pruebas con muy buen resultado.


Otra propuesta de ventilación de las viviendas que fue investigada en San Chinarro fue la de un gran agujero en el chaflán, si bien no dio los resultados apetecidos y el edificio tuvo críticas desfavorables por la mezcla del estilo Saenz de Oíza con tradicionales miradores madrileños


Los autores de esta otra obra maestra que vemos a continuación habían hecho un máster en la Harvard de Sert y pensaron que la clave de una buena ventilación estaba en la variación de la altura de los huecos, a saber, si todos los huecos están a la misma altura y son iguales, habrá zonas mal ventiladas en las viviendas por lo que con ponerlos salteados asunto solucionado. El lío estaba en saber después a qué piso pertenecía cada ventana asunto que se arregló con tres colores de pintura y un poco de habilidad tetrix en encajar las piezas y colores (tirado para un arquitecto con estudios en Harvard).


El caos generado por esta abundancia y variedad de huecos fue contestado dos manzanas más allá por este otro inmueble de estilo igualmente compacto y huecos en bandas cuya audaz propuesta consistía en sacar las escaleras fuera del perímetro construido para que no tuvieran problema alguno de ventilación.


Tan vistosas y aireadas escaleras precisaban de una caseta de control central con portero y plaza de aparcamiento para minusválidos ad hoc, lo que se resolvió con solvencia en el punto en que el mazo bloque abría su patio al exterior para demostrar que no era tan fiero como lo pintaban.


La proximidad entre unas soluciones arquitectónicas y otras permitió darle al barrio una variedad nunca conseguida hasta entonces en la ciudad tradicional.


Una de las características de los chicharros de San Chinarro es que dan todos la medida mínima exigida por la federación de pesca de Cascotes. Ventile o no ventile, que sea grande, por si sale bonito. O atún.


Pues nada, que ya me he quitado otro peso de encima. En el siguiente les llevo a Seseña, ale.