Agotada la lucha de clases y cada vez más más confusa o enmarañada la guerra de sexos (por ampliación de tantos frentes), los comunistas han descubierto que la felicidad de los pueblos radica en el uso de la bicicleta, por lo que tal y como hicieron con el metro en Moscú, no van a escatimar medios en dotar de monumentales carriles bici a todos los pueblos y ciudades de España, a ver si así le dan la vuelta a este desgraciado país y ganan la Guerra Civil de una vez. La cosa ésta que vemos aquí la han hecho en Ocaña, pueblo ya célebre en Cascotes por tener casas colgadas de Cuenca en terreno plano (véase Cascote 141). Aunque igual lo han hecho los del PP (no voy a investigar), que nunca se sabe aquí quién es más comunista (en el sPyP tengo puesto algo de Feijoo en este sentido...). Pero bueno, dejémonos de políticas y vayamos con su diseño que es lo que aquí interesa aprender.
Como no podía ser de otro modo, nuestro monumental carril bici nace en una rotonda, dedicada en este caso a la molienda, que es algo muy a juego con la rotondidad. Rotonda, molienda y carril bici confieren a esta parte de Ocaña un empaque que para sí lo quisiera alguna que otra estación del metro de Moscú.
En planta detectamos que las rotondas holandesas (tan célebres ya en Logroño) no han pasado el Tajo, por lo que el encuentro entre el carril bici y la rotonda "traicional" de dos carriles (toda rotonda de dos carriles es una traición a la rotonda) se efectúa a la brava: de aquí para allá para ti, y de aquí para allá, para mí. Y caminito hacia el Arroyo de Yesares, en bici, claro está, o como cada uno pueda.
Las apreturas del tráfico ciclista en las proximidades de la rotonda dan paso enseguida a un desdoblamiento del carril bici de tales dimensiones que casi cabría un trailer. El diseño de las prioridades en el cruce parece claramente indeciso.
Poco más adelante los dos carriles bici de doble dirección se vuelven a juntar, pero no a mezclar, por lo que convendría encontrar un nombre para semejante infraestructura: ¿será una autobici? Nótese que cuando los dos carriles bici se acercan se ha dispuesto un by-pass para no entrar en la autobici si uno no lo tiene claro.
Y es que no está muy claro si el carril bici de cada lado es de dos carriles en un mismo sentido o de dos carriles en distinto sentido. De haber bicis circulando seguro que se producirían confusiones interesantes.
A dos kilómetros de la rotonda los dos carriles bici se juntan en esta curva digna de Silverstone, por lo que si lo que querías era alejarte de Ocaña en bici, retornas a Ocaña en bici como en el juego de la Oca. Y es que en bici no se va a ninguna parte, amigo. Y por la carretera que han dejado a ambos lados del carril bici, ya me dirás a dónde vas.
El carril bici Andrés Oliva mide en total 4,3 kms pero solo te aleja de Ocaña 2,15 kms porque ya hemos visto que es un carril bici diseñado para creer que te vas de Ocaña pero que al final vuelves a la rotonda otra vez, por un lado o por el otro. A elegir.
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Tiene guasa la cosa, pero la tarde en que hice mi peregrinación a tan venerable lugar, había un coche de la Policía Municipal aparcado encima de la acera exterior al carril bici, ...porque la calle ya no da para más. También vi que de la foto que hizo el colega de Google para acá, la entrada al carril monumental había perdido un bolardo.