Ya siento que la foto sea flojilla, pero el Cascote es de premio. De peregrinación. Llovía y hacía mucho viento, y apenas podía sujetar el móvil y el paraguas a la vez. Pero ese chateau blanco con cubiertas de pizarra encaramado en lo alto sobre el caserío del pequeño pueblo navarro de Armañanzas es toda una joya para esta polvorienta colección.