miércoles, 21 de agosto de 2013

253. LA PLAZA DE TIRGO, LA RIOJA



Para entender este majno desporpósito arquitectónico nada como mostrar esta vista aérea de google earth. Tirgo es una pequeñísima localidad de La Rioja que tenía una plaza oblonga ligeramente en pendiente y rodeada de casas más o menos dignas de piedra arenisca de sillería. En el 2006, según reza en la placa que luego les mostraré, se ve que le encargaron a un Arquitecto Artista el proyecto de la nueva plaza, y para corresponder con el poder decidió que el edificio primero y principal de toda la plaza fuera el del cursi-Ayuntamiento que le había encargado el proyecto, y como si del papa Julio II se tratara, hacia él hizo confluir las líneas de su disenio todo. Luego, y para animarlo un poco, puso céspedes inclinados pinchados de cipreses y envueltos en acero corten, bancazos de granito a porriño y a juego con el suelo, y unas farolas modernas para que no le acusaran de neo-rústico.



El conjunto transciende con mucho la categoría artística de un blog como FEA ES LA RIOJA (además ya en la clandestinidad) y merece con creces el calificativo de CASCOTE UNIVERSAL. Vean si no cómo queda de fonito el viejo caserío con tantos disenios y cipreses por delante.



El magno edificio que concentra toda la geometría de la plaza no parece muy viejo pero si muy novle y de ezquixito gusto, fife dios.


Entre las dos ventanas de la izquierda podemos encontrar la placa que conmemora a sus promotores. El nombre del arquitecto no aparece, porque los arquitectos son de suyo discretos y prefieren pasar desapercibidos. Tampoco aparece en una información de la prensa que he buscado en internez, pero por las trazas de una foto pequeña que viene con la noticia casi me imagino quién puede ser el jartista.


Desde la puerta del jail-untamiento es desde donde mejor se contempla la plaza toda y el poder de los nuevos gestores democráticos:


Una obra gym-presionante, que llega a detalles de ezquixito gusto, como el de esta farola colocada junto a la ventana de la casa del fondo de la plaza, ya en sus confnes.


Una votación sobre la superioridad de esta obra respecto de la plaza de Anguciana (v Cascotes 146 y 155) arrojaría un resultado incierto, por lo que mejor no arriesgarse a esos peligros democráticos. O demoníacos.

Y ahora una pregunta: ¿de verdad que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos de gobierno de enta nuestra sociedad? Según veo los Cascotes de nuestro país y se me va debilitando la lengua (o se me van trabucando las consonantes), juraría que lo nuestro es una memocracia, y no precisamente por el uso de la memoria.

¿Y lo de los jarquitectos? A la vista de este adefesio urbano, ¿puede ya alguien salvar la dignidad de esa profesión? (No, Moneo, ¡tú no! ¡tú el que menos! y si no me creen, véase el post anterior).