martes, 18 de noviembre de 2014

301. NUEVO HITO JACOBEO EN LOGROÑO



A primera vista parece una obra de arte conceptual, una performance arquitectónica o un collage para la Bienal de Venecia. Pero yo más bien creo que se trata de un souvenir o aún mejor, de un nuevo hito de la ruta jacobea. Está hacia el final de la calle Barriocepo de Logroño, en pleno Camino de Santiago, y estoy seguro que muchos peregrinos europeos se lo estarán llevando de recuerdo como prueba de que en España no escatimamos en medios para protección del Patrimonio.

Una explicación funcional sería que al colocar una fila de cortos y gruesos bolardos en la parte lisa del pavimento supuestamente dedicada al paso de peatones, se consigue que la gente transite por la parte rugosa dedicada al tráfico rodado y se evita que los peregrinos rocen con sus mochilas los venerables sillares de las antiguas casas.

Ahora bien, como todo el mundo sabe, los argumentos funcionales son insuficientes para explicar el alcance estético de la verdadera obra de diseño urbano. Aquí hay algo más que no logro desentrañar y que me tiene fascinado. La medianera del fondo, quizás, o las traseras de las viviendas de la derecha.., o seguramente la presencia de los coches detrás de la ruina conservada.... Exhala todo un aire de misterio y originalidad al que no podrá ser ajeno el caminante jacobeo por muy cansado o saturado de sensaciones que vaya.

No acaba aquí la cosa. Cuando el caminante haya recorrido este pequeño pero insigne tramo de su peregrinaje y vuelva la vista atrás para llevarse una última imagen de esta obra singular, deberá pasar por una última prueba cardíaca de resistencia al descubrir que tras sus pasos camina un extraño peregrino sin frente con todos los sellos tatuados sobre su torso desnudo.


Una escondida señal de tráfico completa el conjunto y le advierte de que no cabe la vuelta atrás. Si aún no había descubierto la magia del Camino y la sinrazón de su peregrinar, este es el momento. Este es el lugar.