domingo, 14 de junio de 2015

325. NUNCA LLEGARÁS AL TIBIDABO



Para expíar los pecados de los nuevos diseñadores de calles de Barcelona pensé que lo mejor sería subir al Tibidabo el mismo sábado a primera hora de la mañana. Y como a esa hora no hay nada de tráfico, pues subí en mi coche. Bueno, no sólo por lo de la expiación y porque no hubiera tráfico, sino  porque si dejas parado el coche dentro de Barcelona te sale mucho más caro que estar circulando. Así que tiré avenida Tibidabo arriba.


Llegaba yo todo contento a lo alto de la montaña y me disponía a girar a la derecha (punto 1) para alcanzar la cumbre cuando me encuentro una señalización que impide el paso, y otra, algo más adelante que dice que si quieres parking que por el otro lado. Vamos allá. No es más que un kilómetro más y total, siempre es más barato gastar gasolina que tener el coche aparcado abajo. Paso las eses de la torre de la antena y veo que hay un parking cerrado con una cadena (punto 2). Sigo hacia arriba y en el punto 3 vuelve a aparecer la misma valla que en el 1 diciendo que de subir arriba en coche nada de nada. Vale. Pues a pagar parking. Más... hete aquí que el parking es del parque de atracciones y que no lo abren hasta las 12 del mediodía (!!!!). Me acerco a un interfono de la valla que impide subir hacia arriba, llamo y pregunto:
Yo: oiga, que quiero subir a expíar unos pecadillos y no hay forma de dejar el coche.
Voz: Ah, pues déjelo donde pueda y suba andando.
Yo: Pero donde pueda es en ninguna parte, le digo, que la acera está toda llena de bolardos y no voy a dejarlo en la calzada.
Voz: pues arriba solo pueden subir los vecinos. Clonck.


Pues en la entrada del parking que dejé el coche, qué le vamos a hacer... si el parque de atracciones no lo abren hasta las doce.


Yo supongo que cuando vas más tarde de las doce y expías tus pecados te entra tal subidón que no puedes dejar de montar en las montañas rusas que rodean el templo, aunque a mí el subidón me lo dieron los bolardos erectos que había debajo de las escaleras del templo expiatorio (ver foto de arriba). ¿Para qué lo tendrán todo lleno de bolardos si no dejan subir en coche hasta allí arriba? Bueno, sí, un coche, el del guarda del interfono. ¿Los habrán puesto para que no se suba por las escaleras?


Teniendo el coche mal aparcado, qué digo mal aparcado, sin aparcar, o sea, delante de la entrada del parking, ni entré en el templo, ni disfruté del lugar, ni por supuesto, expié nada. Bueno de bajada si espié un poco porque esa "torre" merecía una foto para... cascotes, y es que el cartelito quedaba precioso:


Encima de que no puedes subir más que andando, te ven por video y hasta te graban (!!!). Mejor que  se gasten los dineros en una cerradura, hombre, y no en ese candado de bicicleta. 

Qué ciudad tan amable, tan accesible, tan vivible y tan agradable de ver. ¡Sigan viniendo a Barcelona, turistas, que aún hay sitio!