Cuando estuve en Rouen, año 1992, ni había cámaras digitales ni hacía colección de Cascotes. Por eso, cuando vi la segunda pira que le habían hecho a Juana de Arco (de arquitectura ardiente me dije yo) compré una postal para el recuerdo. (Pronto se apagará el fuego, debí de pensar, y ese souvenir tendrá un valor).
Pero se ve que no. Que como los franceses son muy apañadicos con sus cosas y no tiran nada al vertedero, ahí siguen la iglesia y el mercado construidos por algún arquitecto iluminado, y gracias a google earth y los amigos de Panoramio he vuelto al lugar de la famosa pira para hacer una nueva y breve visita.
Desde el aire se puede apreciar que el conjunto de mercado e iglesia tiene su extensión en un largo rabo que le sale a ésta cual si fuera obra del demonio:
Unas piedrillas en el suelo muestran el respeto de la nueva arquitectura con los restos arqueológicos de alguna otra iglesia, detalle que siempre aprecian mucho los historiadores y aplaude todo el mundo con las orejas.
Por el lado en que sopla el viento y arde mejor la leña, aparecen unos vitrales obviamente flamígeros que contrastan con la dureza del banco corrido que hace de contrapunto.
Una señora mayor da la escala y seguramente reza una oración por la doncella remártir.
Todo hubiera quedado en recoger la cenizas y cascotes si no fuera porque internet es indiscreto, y en dos clicks dados con descuido me sale el señor arquitecto y una reseña tésnica de la segunda hoguera. Por si no se animan a abrir el pdf de la resegna les copio un par de párrafos:
La iglesia, debido a su función integradora de los espacios consagrados a Juana de Arco, tiene una proyección nacional y contribuye a perpetuar su recuerdo. Pero es también una iglesia parroquial, situada en el centro de un barrio que debe conservar su actividad y sencillez, cualquiera que sea su destino histórico.
Para poder responder a esta doble función la iglesia debía, junto con una concepción resueltamente contemporánea, guardar una relativa modestia por su volumen, sus proporciones y la naturaleza de los materiales, de manera que se integrase armoniosamente en la zona antigua, especialmente por el lado de la plaza triangular que está rodeada de casas de madera.
El segundo verdugo tuvo nombre, Louis Arretche, y la segunda ejecución, fecha: 1980. Investigo un poco en la vida arzística del señor Arretche a ver cómo y dónde fue afilando sus armas antes de tomarla con Juana de Arco y descubro que fue en Orleans donde empezó su brillante carrera for Cascotes con un depósito de hormigón en 1971 al que le dieron nada menos que el título de Le Chateau del Eau. Toma eufemismo franzchute.
Mediados los setenta obtuvo un encarjo mucho mejor, con muchos, pero que muchos balcones: la Tour de l'Eperon en RENNES, ciudad donde no quemaron a Juana de Arco porque de pillarla allí me la hubieran aserrado.
Animado por el éxito profesional y poniendo las miras aún más altas, el señor Arretche (apellido vasco), antes de hacer lo de Rouen, levantó también en Rennes, 1976, el centro de Telecomunicaciones, donde me da que buscó inspiración en los Objetos Voladores No Identificados.
Como con internet te pierdes, aunque para pérdida pérdida, la de la guapa y joven virgen, nos quedamos un poco más en Rennes porque un compañeiro de Arretche, el señor arquinfecto Georges Maillols se propuso quemar no a una santa sino a toda una población. He aquí un pequeño muestrario de su onbra. En versión mini, primero:
O en versión maxi, como las faldas de aquellos años setenta:
Más moderno aún (sejuimos con Maillol):
Yyyyy, otro poco más, up Maillol:
¿Qué? ¿Quema? ¿Sufren? No se quejen por Dios, que peor lo pasó Juana de Arco.
(Francia es una mina; y Rennes, una veta de lo mejor mejor)