jueves, 19 de noviembre de 2015

359. BATUMI, Georgia



Pongámonos serios por una vez. Pensemos en dinero. Sumas fabulosas de dinero. Dimensiones asiáticas. Hablemos de negocios en Cascotes. De la industria. Pero no de industrias menores, no. De la gran industria a escala planetaria, la que tiene a la propia humanidad como materia prima: el turismo. Y saquemos partido a nuestros estudios en geografía y arquitectura. Busquemos un área nueva, desconocida y construyamos cascotes. Muchos cascotes.


Podía haber funcionado, podíamos haber hecho mucho dinero pero... ay, una vez más llegamos tarde. Sólo a contarlo, porque se nos han anticipado.


En mi vida había oído hablar de Batumi, la tercera ciudad de Georgia a orillas del Mar Negro (qué bonito nombre para un mar de cascotes). Sea por estar protegida de los gélidos vientos siberianos por la barrera del Caúcaso, o sea porque los anabásicos montes Pónticos la protegen de los desérticos vientos del Sur, el caso es que dicen que goza de un clima primaveral, si no tropical -salsa o grasa esta, la del clima benigno, que no puede faltar en la maquinaria turística.


Hilton pegó pronto, tan pronto quizás, que le salió un stalin. Un estalin con lucecitas.



Arquitectos e inversores se dieron pronto cuenta que había que olvidarse del Krenlim y pensar en Miami, por lo que el siguiente condominio les salió tal que así:


Para la tendencia Las Vegas tuvo que haber mucho tira y afloja porque miren cómo les quedó el Campanile y el Palacio Ducal: 


Eso sí, por la noche y con las calles regadas parece que estuviéramos en acqua alta. 



De Milán vía Tiblisi llegó un arquitecto iluminado, y pensó que también en Georgia podían apostar por el flácido cristal:


Para el Aquapark, lugar familiar sin mayores pretensiones artísticas, se pensó en un estilo más bien popular o tirando a gallego:



La estación del tren se pensó tan jrande que, hasta donde nosotros sepamos, no ha sido posible completarla :




No podía faltar la aportación irónico deconstructiva potmoderna y entre medianeras:




Y las "apuestas" más futuristas:




Tan futuristas algunas, que aún esperan a que llegue el futuro. Para el Art and Music Center, sin embargo, se escogió un estilo del pasado y no ha habido que esperar:




En habiendo museos de arte como este, lógico es que muchos arquitectos hayan decidido construir cosas como aquestas:


La célebre casa de hamburguesas escocesa no ha querido dejar de estar en la fiesta y para su sede en la zona ha escogido el estilo más rompedor:




Es decir, una especie de entrada al metro de Bilbao pero al revés.porque las casas y los charcos de la parte de atrás dan un poco de miedo. 


Bueno, sí, mayormente la arquitectura "tradicional" de Batumi es de estilo bolchevique con aluminosis, pero esto no es lo que veníamos a ver en nuestras vacaciones:


Así que volvamos al gran paseo marítimo donde los arquitectos del siglo XXI van dejando atrás las tristezas del colectivismo:


Este transatlántico no está aún inaugurado pero la torre de las letras que se ve a la derecha, también llamada del abecedario, y que obviamente sirve para aprender a leer georgiano, ya luce en todo su esplendor:


El mobiliario urbano se ha diseñado a la altura de las circunstancias y muy luminoso (no confundir con aluminoso):


Los edificios administrativos y las rotondas embellecen la ciudad donde quiera que aparezcan:


Porque la escultura es un arte que no podía fallar. Aparte de algunos detalles tiernos en el paseo...



...el plato fuerte de la escultura de Batumi está en la famosa estatua móvil de la interpenetración hombre mujer:


capaz de entusiasmar al más profano en escultura:






Qué fuerte fuerte. Si quieren un plano para no perderse ninguno de estas atractivas atracciones de la arquiteculo aquí les dejo uno:


No sin antes despedirme con el famoso rascacielos con noria incorporada que espero merezca la atención de los próximos premios Pritzker, Carslberg, FAD, COAR u lo que sea. Pero premio. Premio.






Mira que viajes Cascotes tiene ya pensada una larga lista de destinos turísticos, pero a la vista del catálogo, el de Batumi, en Georgia, nos parece insuperable.