domingo, 17 de enero de 2016

367. HAZAÑAS BÉLICAS



HAZAÑAS BÉLICAS era el nombre de un famoso cómic de los años sesenta que corría por nuestros pupitres promoviendo la paz en nombre de la guerra. No solían salir muchos edificios, porque hasta aquella época la arquitectura era una cosa pacífica que mayormente tenía más un papel de víctima, pero inspiraba mucho de cara al recreo.


El caso es que, olvidada la guerra (al menos de momento, toca madera), no pocos arquitectos han convertido sus ventanas en aspilleras o han buscado su inspiración en las fortalezas de hormigón de los búnkeres de la última gran masacre europea.


Tanto da que les encarguen unos apartamentos (como los de más arriba) o un colegio, como este de la Orotava de Tenerife, los arquitectos más agresivos parece que quieren atacar la ciudad con sus balcones o defenderse de sus ataques por tierra, mar y aire


Sea un ayuntamiento (esto de arriba) o una iglesia (lo de abajo), los edificios de la arquitectura bélica han de escudriñar el cielo en busca de bombarderos a los que asustar:


¡Banzai! ¡Banzai! ¡No pasarán!


Las aspilleras pueden ser corridas o con forma de agujero, para que no sepa el enemigo si disparan desde dentro o es un objetivo ya disparado.


Y si no es corrido o disparado, que sea disparatado, que es lo mejor.


El famoso edificio de Yalta parece inspirado en uno de aquellos nidos de ametralladoras que disparaban sin parar, ratatatatatatatatatatatatatatatatatatat


Y este otro que iban a hacer en Madrid en la época en que se disparó la crisis, toma la forma del tambor de alguna otra siniestra metralleta de aquellos tiempos del tebeo que no recuerdo muy bien.


De quedarse sin imaginación, lo más socorrido es ir al estilo búnker, como en estos bloques del barrio de los Palmerales de Elche...:


... o la sede de esta editorial que bien podía haber acogido la producción de aquellos cómics legendarios:


¿Cómo serán las Escuelas de la Arquitectura Bélica? No tengo ni idea pero me las imagino así: