Como eco de la loca escalera del post anterior, Daniel Alvarez Varela, amable cofrade del grupo satánico de arquitectura (que va camino de Principe de Asturias de las Artes, dicho sea de paso), nos regaló la vista con esta super-rampa de Benavente, bonita y barata donde las haya. Nada, un millón de euros.
Unas rampas con tan mala suerte, que, ay, antes de que las viéramos en Cascotes ya se habían hecho cascotes:
Ni tiempo les dio a los del google earth a echarle una foto desde el cielo.
Y es que en mi afán investigador y con mi rapidez de movimientos, en cuanto la vi me fui para allá a medirla con el metro de google, porque me daba que era tan larga que si dábamos la vuelta por la acera de arriba llegábamos antes. O sea, que no servía para nada.
Bueno sí, claro que servía. Claro que ha servido -cuando menos para la colección de este blog: si tienen paciencia o insomnio, escuchen a los políticos y técnicos que hicieron esta maravilla y díganme si sus declaraciones no son también verdaderos cascotes de la naturaleza humana.
