El sainete de la construcción del Palacio de Justicia de Logroño promete ser uno de los pasatiempos más entretenidos de los próximos meses. O mejor dicho, una de las “atracciones” más irresistibles de esta ciudad. Como la Justicia es independiente, es decir, como depende de todo el mundo, el fatal trío de poderes que nos desgobierna –PSOE en Madrid, PP en La Rioja y PRPSOE en el Ayuntamiento- tira cada uno para su lado a fin de hacerse con la susodicha Justicia, desatando las risas y el jolgorio del respetable.
Pero cuando la trama del sainete tenía como lugar común de representación el viejo Hospital Militar de la calle Murrieta, -o sea que en lo único en que estaban los tres de acuerdo es que iba a edificarse allí-, aparece en escena el Decano del COAR con sus Siete Magníficos Vocales diciendo que según su superior criterio urbanístico no hay que hacerlo en tal sitio y que mejor dejarlo donde estaba.
Ja, ja, ja. ja. ja, el público ha reído la ocurrencia a carcajadas, y las risas han continuado cuando Escobar ha hecho como que ponía cara de interés y Santos le ha dicho a Domingo que muy bien, muy bien, pero que ya ha chupado bastante cámara. Y mientras tanto los empresarios del espectáculo (periódicos y las radios) se han frotado las manos: “esto va a dar un juego que no veas”.
A poco que dure el sainete (y promete) seguro que al final el Palacio se nos va a quedar pequeño porque no sé si visteis el otro día la página del periódico que reproduzco arriba (y que podéis ampliar para leerla atentamente).
¿Qué pensar de todo ello? ¿No será que esos noventa mil nuevos ciudadanos a lo que en realidad van a venir en los próximos trece años es a reírse con tan divertida obra?
Digo yo entonces que nuestro Palacio de Justicia sí que va a ser una “atracción” de verdad y no lo del Guggenheim, pues por muchas maravillas que digan de él no ha producido un crecimiento demográfico como el que se calcula aquí.