álbum de edificios que hacen daño a la vista, a la razón, a la ciudad, o a todos juntos, y en especial a la arquitectura entendida como disciplina geométrica, racionalidad constructiva, orden, contextualización y urbanidad.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
23. PASOS DE CEBRA ELEVADOS
¿Recordáis el paso de cabra del otro día? Pues no era tan malo como yo creía. No había acabado de colgarlo en el blog cuando bajé a la calle y en la Avenida de la Paz vi lanzarse a un imbécil de unos sesenta años a un paso de cebra normal cuando venía un coche a no menos de diez metros y a una velocidad que no le daba para parar. Me corrió un escalofrío de arriba a bajo y miré a otro lado esperando escuchar el siniestro sonido del golpe entre un cuerpo humano y un capó, y tener que asistir al sangriento desenlace. Por suerte el del coche tenía buenos reflejos y buenos frenos, pero se quedó a diez centímetros del imbécil que, impasible el ademán, ni se inmutó. Si ese tipo hubiera tenido que saltar una valla para acceder al “paso de cabra”, al del coche le hubiera dado más tiempo.
Mirándolo desde el lado de la sostenibilidad, que es moda, es de ley que todo frenazo implica un acelerón posterior, así que los pasos de cebra usados por peatones imbéciles me parece el más “insostenible” de los inventos. Hay que ver la energía que puede gastarse con tanto frenazo y acelerón. Los predicadores de la sostenibilidad deberían pedir su prohibición inmediata.
Pero por si ello fuera poco, los ayuntamientos sostenibles y todas sus sostenidas asociaciones de vecinos han inventado el paso de cebra elevado para que incluso sin peatón imbécil se tenga que dar el frenazo y el acelerón. La afición a este nuevo invento es imparable. En la nueva entrada de la carretera a Laguardia de Logroño, por ejemplo, se han puesto un montón de ellos cuando hay un montón de coches circulando (a saltos, claro) y todavía no hay asomo de que haya un peatón por allí.
Me contó mi amigo Xumini que los topes y los pasos elevados son una delicia para los servicios de urgencias y en especial las ambulancias donde todos van botando en su interior -entre rotondas y pasos de peatones elevados, me dijo, no hay enfermo de urgencia que no se caiga de la camilla. Los de los amortiguadores también deben estar contentos y los especialistas en cervicales, no digamos.
He puesto en google-imágenes “pasos de cebra elevados” y he conseguido un gran repertorio de tipologías y lugares donde implantar estos inventos. Aquí vemos un ejemplo de transformación de un paso normal en elevado en esta calle por donde no pasa nadie (no hay ni casas) y al otro lado no hay ni acera.
En este otro paso, se avisa de la elevación, se sube a un paso de cebra normal con adoquinado y bolardos y luego ya se verá cómo se baja -como en la Gran Vía, vaya, que no sabes cuando te vas a caer de las elevación generalizada. Como detalle curioso, obsérvese cómo han encontrado sitio para aparcar detrás de los bolardos:
En cuanto a tipologías originales aquí tenemos este “tope” que avisa de que luego viene un paso de cebra no elevado con semáforo y todo. Está muy bien porque así se frena dos o hasta tres veces:
En esta otra imagen podemos ver muy felices a la afición del Ayuntamiento de Pizarra en la inauguración de un nuevo paso de cebra elevado:
Y en fin, si tu pasión o tu fundamentalismo por los pasos elevados no lo colman aún los ayuntamientos y las asociaciones fervientes del invento insostenible, siempre te queda el recurso de salir a la calle disfrazado, o mejor dicho, disfrazada, de paso de cebra con... tus propias elevaciones.
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