Viendo que Alonso de Covarrubias era natural de Torrijos, hace unos meses viajé con google earth y panoramio a su pueblo, y de resultas de dicho viaje virtual se me quedó en el escritorio del ordenador el cascote de los exteriores del nuevo Ayuntamiento y ya va siendo hora de quitarlo de ahí. Cosa tan fea de espacio. Pésimo diseño del que seguramente nadie ha oído hablar y nadie habrá dicho ni una palabra porque viviendo todos en la nube ¿a quién pueden importar estas cosas de la arquitectura? Se ve que el Ayuntamiento se hizo con la propiedad de un convento que antes fuera un palacio mandado construir por Pedro I, y celebró el cambio de uso con unos accesos, un mobiliario urbano y un rotulo en la puerta que merecen un huequecito en este blog. Como pueden ver en la imagen área de google earth, el viejo convento y la plaza-parque que ahora comentamos están al Oeste del núcleo de Torrijos.
Y como en la historia del viejo palacio de Pedro I faltaba algo de barroquismo urbano, pues allá que le ha caído un tridente de accesos sobre un espacio triangular que no se le ocurre ni al que asó la manteca.
Sobre todo porque aunque el brazo más amplio, el que apunta al centro del pueblo, en vez de grandiosa perspectiva, acaba en una fuentecita y una esquina de balones de hierro que, dentro de toda lógica, ha terminado por atraer al grupo de contenedores de colores. Si conseguimos llegar a la gran avenida del Ayuntamiento por entre las bolas, la fuente y los contenedores, pasamos a contemplar toda una exhibición del mobiliario urbano diseño finales de siglo XX, símbolos inequívocos de nuestra prosperidad (y del éxito comercial de algunos vendedores de bacinillas jardineras y bancos pseudomodernistas/ qué tíos, habría que darles un premio al marketing)
Los comentarios del rótulo y de las jardineras junto a la puerta me los ahorro para no fatigarme:
Porque lo que más me gusta a mí del urbanismo de la prosperidad es ver que por muy palacio, convento o ayuntamiento sea, en todo espacio público no pueden faltar los coloridos mamotretos de los juegos infantiles diseño también fin de siglo. Dispuestos, eso sí, en ordenada perspectiva hacia la puerta del Consistorio.
(gracias una vez más a los fotógrafos colaboradores de Panoramio - Google por permitirnos tan instructivo viaje).
Y ahora que lo pienso..., Torrijos Torrijos... ¿no se apellidaba así el "crítico de arquitectura" del Jot Down? Pues ¡ya hemos cerrado un círculo!